XII

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Flashback

Hubo un tiempo en el que Hanbin no trataba con rechazo a las personas que estaban fuera de su círculo social. De hecho, apenas llegó a la escuela trató de llevarse bien con todos, pero al darse cuenta que la gente lo trataba como alguien superior por tener más de dinero que los demás, empezó a actuar como los demás querían que fuera.

Mientras más rechazabas a alguien más se apegaba a ti, notó que la gente era masoquista por naturaleza y eso le empezó a gustar de cierta forma a pesar que todos los que estaban ahí eran insoportables.

Solamente confiaba en los que se habían hecho sus amigos en ese momento y con forme pasaban los años se volvía más arrogante al dejarse influenciar inconscientemente por ellos.

Empezó a tomar, fumar y drogarse, cosas que lo hacían despejarse, salir de su realidad, olvidarse de su entorno y lo relajaba de una manera inexplicable. Creyó que estaría así por el resto de su vida hasta el punto de morir.

Sin embargo, llegó alguien a su vida que le haría ver el mundo de manera distinta.

—Mi nombre es Sunoo, ¿cuál es el tuyo? —se acercó aquel chico y se sentó a su lado como si nada

—¿Podrías irte?, me incomodas —respondió con desdén

—¿Te gusta el color negro?, a mi no me suele gustar mucho, pero a ti te queda muy bien —sonreía ignorando por completo la petición del pelinegro

Hanbin permanecía inmóvil mientras este hablaba miles de cosas que se le venían a la mente en aquel momento.

Era demasiado intenso, lo persiguía por todos lados y le hablaba de su fin de semana en Italia y como terminó probando la mejor pizza del mundo.

Una vez, se llegó a tropezar mientras caminaba dejándole salir una risa burlona a Hanbin, el contrario se levantó de inmediato y se empezó a reír con él.

El pelinegro no era alguien que buscara una pareja, además de eso, siempre creyó que le gustaban las mujeres, pero la forma de ser de Sunoo lo atraía de cierta manera. Sentía una conexión inexplicable y a pesar que él lo trataba de mala forma, siempre estaba ahí para él.

Así que, lo invitó a su departamento, le invitó un poco de vino y pasaron una noche increíble juntos. Abrió su corazón totalmente con él hasta el punto de llevarlo al lugar privado en el que siempre iba para pensar.

En cambio, Sunoo nunca le contaba nada a profundidad más que sus nuevas compras de ropa y sus relatos tan vagos de sus viajes por el mundo. Pero no le importaba eso, aún así lo amaba, estaba enamorado.

Y es que el primer amor siempre suele ser intenso, y a pesar de eso, siempre dio todo de sí para que su relación con Sunoo funcionara y dure para siempre.

Estuvieron algunos meses de manera melosa sin importarles la mirada de los demás, nunca se les hubiera pasado por la cabeza que aquella relación tendría un final... hasta que sucedió.

Se dio cuenta que algunas de sus cosas no estaban en algunos cajones, pensó que era su imaginación, pero su dinero también empezó a desaparecer. Pero no quería pensar que era Sunoo, no tendría sentido que fuera él.

Pero finalmente lo descubrieron, se enteraron de todas sus mentiras y sus viajes inventados, la manera en como robaba relojes para venderlos y así poder cubrir sus gastos.

Hanbin se levantó y salió corriendo del salón encerrándose en el baño, empezó a llorar mientras veía todos aquellos recuerdos en su mente en los que Sunoo le repetía que lo amaba, nunca fue verdad.

...

Después de unos días, antes de que Sunoo se fuera de la escuela, Hanbin quiso hablar con él, secó sus lágrimas de sus ojos y con todo el dolor le preguntó.

—¿Alguna vez me quisiste? —pero el contrario simplemente bajó la mirada sin responder —¿entonces... solo yo estaba enamorado...? —su voz tembló y a pesar de no querer llorar, no pudo evitarlo y las lágrimas cayeron —¿sólo yo te amaba?... Sunoo...

—Lo siento, de verdad lo siento —empezó a llorar también sintiendo el dolor intenso en su pecho —tu... eras el que tenía más dinero... pensé que sería más fácil si eras tu...

—Yo te amaba...

—Ya me tengo que ir, lo siento Hanbin —se subió al bus que acababa de llegar dejando al pelinegro atrás

Este se sentó en el asiento de la parada mientras algunos autos pasaban, la lluvia golpeaba con el suelo y la noche se asomaba. No se movió del lugar, no podía, su cabeza dolía como nunca.

Tenía tantas ganas de morir, sentía que el lindo mundo de color rosa que Sunoo le había dibujado ahora volvió a ser gris, como era antes su vida antes de conocerlo.

Nadie supo jamás que Sunoo había sido alguien importante en su vida, fue el primero a quien lo llamó su novio, pero los demás pensaron que sólo era su juguete favorito, así que después de aquel suceso lo olvidaron como si nunca hubiera existido.

Pero él marcó su vida. Ahora creía que toda persona nueva que se acercaba a él era por su dinero, y ya no quiso entablar algún tipo de vínculo con nadie.

Y así duró durante un año, haciendo lo que quería y follando con quien quería, hasta que llegó él.

Todo volvió a ser lo mismo, la manera en como se acercó, las cosas tan vagas que le decía, la intensidad con la que lo perseguía, cada cosa que Hao hacía le recordaba a Sunoo.

Fue como volver a empezar, sentía que era como una venda para su corazón, y Hao le repetía que quería sólo sexo, así que eso le aseguraba que no quería dinero. Pero después de enterarse que toda la vida que tenía se la había inventado, sus fantasmas del pasado volvieron.

...

Actualidad

—Me mentiste...

Antes de que Hao pudiera decirle algo, el pelinegro corrió hacia el baño de nuevo y se encerró empezando a temblar, se sentó en el suelo tratando de abrazarse a sí mismo para calmarse.

—No me puede pasar esto de nuevo, no, no, no, no, no, no, tiene que ser un sueño, esto no puede... no puede ser real...

Su corazón dolía y se golpeaba el pecho para tratar de calmar el dolor interno, cosa que era imposible. Salió del baño caminando hacia el estacionamiento, se encerró en su auto para llorar desconsoladamente. Se estaba enamorando y creía que Hao también.

Fue otra burbuja más que fue reventada antes de crecer lo suficiente.

Tough Love | HaobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora