𝑴𝒚 𝒅𝒆𝒂𝒓 𝒍𝒂𝒅𝒚 [Billy The Kid]

VIII "Entre hermanas y amigos no hay secretos"

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Bronwyn estaba con Jesse en la cabaña de la pandilla, sabía que debía irse al atardecer o cuando esté estuviera por terminar para llegar a casa, pero después de su primer beso con el, quería quedarse en sus brazos para siempre aunque... Obviamente no en esas situación de vivienda y con el resto de hombres que se sabía, vivían ahí.

—¿Y qué se supone qué haces para matar el tiempo? ¿Solo lees? —Jesse preguntó mientras se acercaba con dos tarros de cerveza para el y la joven—. Supongo que no bebes pero hay una primera vez para todo, ya lo acabamos de ver —le sonrió ampliamente.

—Leer es maravilloso, mil historias, miles de palabras y miles de sentimientos, nunca sabría cómo explicar lo bien que se siente perderte en una lectura —ella sostuvo el tarro con sus delicadas manos—. Ya he bebido antes y también fumado.

—Y la policía no hace nada ante esa rebeldía —dijo Jesse burlón mientras daba un trago.

—A veces con Nicholas fumamos fuera de casa en la noche o a veces en el balcón al amanecer, las cenas en casa antes y las fiestas, era muy normal que hubiera vino, siempre es así en Inglaterra.

—Hace unos días solo te vi usando un libro como arma para dar un golpe limpio y ahora estamos aquí... Es que me sigue siendo difícil procesar... Mejor dicho, creerlo.

—¿Por qué te sería difícil creerlo? Me gustas... No iba a perder el tiempo viéndote de lejos y esperando que llegaras tu solo a mi, de ser así supongo que me quedaría esperando hasta envejecer.

Jesse la beso nuevamente obteniendo una amplia sonrisa por parte de ella; los dos bebieron lenta y tranquilamente mientras se hablaban de cientos y cientos de cosas para conocerse más de lo que ya lo hacían.

—Conocí a Billy desde que el tenía unos catorce tal vez... Siempre fue bueno con el arma, conocí de lejos a su madre y hermano, es un buen tipo una vez que lo conoces.