CAPÍTULO 5

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- Ya levántate, es tarde — era mi madre gritando desde el primer piso, yo estaba acostado en la cama, si es que así se le puede decir porque parecía estar muerto.

No tenía ganas de nada, solo quería estar acostado, mi hermana ya llevaba días sin despertarse, eso era lo único en lo que podía pensar, mi mamá ya había hablado conmigo. Ella me dijo que no podía estar así porque mi hermana podía sentir todo, incluso si no podía verlo, supongo que es entendible.
Bajé sin ánimos hasta donde ella se encontraba, me senté en la silla, puse mis codos sobre la mesa y llevé mis manos a la cara, realmente no me encontraba nada bien, se supone que un chico de mi edad debería tener planes en pleno sábado, no era mi caso.

— Ve a mojarte la cara — ordenó mi mamá poniendo una cara algo desagradable. Yo me quejé pero al final le hice caso.

Regresé, mi madre ya me había servido el desayuno, lo observé por un rato, no tenía ganas de comerlo, sin embargo, tuve que pensarlo dos veces antes de rechazarlo, de lo contrario, mi madre se enfadaría aún más y no quería que eso sucediera, no por ahora.

— ¿Cómo te va en la clase especial? — preguntó. Me sorprendí porque no habíamos hablado de esto desde que entré en esa clase.

— Está bien, tengo 2 nuevos ami... — no pude terminar la oración, solo me quedé callado.

— ¿2 nuevos amigos? Eso querías decir ¿no?

Para decir verdad, no sabía cómo considerar a Max, porque a pesar de que ha estado conmigo, no sabía bien si era suficiente para considerarlo o más bien, que él me considerara como un amigo. Aunque para ser sincero, yo creo que sí lo era, al final me había enseñado algo muy importante para él.

— Si, ya tengo 2 nuevos amigos. Una se llama Rei y el otro se llama Max — aclaré con seguridad.

— Me da mucho gusto hijo. Pero dejemos de hablar por ahora y come algo.

Le di un bocado a mi comida cuando a mi celular le llegó una notificación, al verla pude leer lo que decía: "No faltes hoy a la fiesta de bienvenida". Era un mensaje de Bren invitándome a la fiesta que se había organizado para celebrar o más bien, darme la bienvenida a la clase 53.

— M-Mamá — mi tartamudez se hizo presente.

— ¿Si?

— Me están invitando a una fiesta hoy en casa de una compañera. Entonces quería saber si... — ella me interrumpió, ya era normal en ella al parecer.

— Si, si puedes ir — dijo firme — además es lo que necesitas en estos momentos hijo, quiero que estés bien, que dejes de preocuparte por un momento, así que ve a esa fiesta y disfruta cada segundo que pases ahí, por favor.

Si había algo en mi mamá que siempre le voy a reconocer, era su preocupación por nosotros, sus hijos. En el fondo ella estaba rota, pero hacía todo lo posible para que yo no pudiera notarlo.

Estuvimos un rato sentados en el sofá viendo películas, era la primera vez que mi mamá estaba en casa, se la pasaba en el hospital, realmente no descansaba en lo absoluto. De repente, alguien llamó a nuestra puerta. Mi mamá me miró, tal vez con la idea de yo esperaba a alguien.

— Yo no espero a nadie ¿tú sí? — dije. Mi mamá negó con la cabeza. Estaba a punto de levantarme para ir y ver de quién se trataba, sin embargo, ella se adelantó primero.

Mi mamá abrió la puerta, yo por mi parte, no quité la mirada del televisor, la película que estábamos viendo era muy buen y era de mis favoritas, "Orgullo y Prejuicio", ya la había visto junto a mi mamá un sinfín de veces, no nos aburría, incluso en momentos decíamos los diálogos de los actores, ver esa película con ella era lo mejor que podía hacer para pasar un momento agradable y divertido.
Ya casi llegaba la parte en donde el señor Darcy le confesaba todo a Elizabeth, cuando esa voz le respondió algo a mi mamá, inmediatamente yo me levanté y fui hasta donde estaban ellos.

EL CHICO DE LA CLASE 53Donde viven las historias. Descúbrelo ahora