"Amygdala"
— ¿Sabes porque estás aquí? —
— Talvez porque no volvió a funcionar lo planeado —
— Este es tu décima vez aquí Yibo —
— ¿Cree que me deba rendir? —
— Morir no es una meta —
— Doctora ¿Usted tienes metas? —
— Caso que cumples una aparece otra, por ejemplo de chica quise ayudar a las personas por eso quería ser Psiquiatra, ahora que cumplí aquello quiero avanzar más y poder llegar a más personas con mi plan de salud mental —
— Suena divertido —
Podía ver el cielo gris por aquella ventanilla, no tenía ganas de seguir con la conversación aunque fuera obligatoria... Es difícil explicar todo su contexto actual, pero como acaba de decir la doctora 'intento' volver a ser feliz con una sobredosis de marihuana.
— ¿Puedo preguntar algo? —
Volvió a mirar a aquella mujer de ojos café, aquellos que tenían aquel brillo desconocido que talvez quisiera apagar algún día.
— Dime —
— He notado no te gusta este trabajo —
Su rostro parecía cambiar a uno de molestia e incomodidad.
— No me mire así, eres la persona con la que más he compartido toda mi vida, por eso te tengo confianza —
Se paró para dar una vuelta por todo el lugar, observando cada detalle como en las sesiones anteriores.
— Después de la primera sesión dejaste de apuntar, empezaste a ver a todos lados menos a mi —
Se encontró con aquel título enmarcado poniendo sus dedos encima.
— ¿Me preguntó si en serio te gusta tu carrera? ¿Estar en este psiquiátrico con pacientes loquitos? —
El vidrio es tan frágil como su mente en este instante, podría romperlo y con un simple corte en el lugar correcto podría salir otra vez, pero aquellas pastillas hacían que aquella parte que quería hacer eso este muy cansada.
— Es cansado no te lo voy a negar, podría haber renunciado o hasta ignorarlos, pero en serio quiero ayudarlos, quiero ayudarte Yibo —
Que aburrida era esta mujer que apresar de sus más de cincuenta sesiones hasta ahorita no recordaba su nombre.
— ¿Ayudarme? ¿Me preguntó también si eso es posible? —
Talvez llueva hoy si fuera así tendría una noche tranquila sin pesadillas.
— Entraste hace seis meses, llevamos en esto hace seis años, el proceso es lento —
Siempre las mismas palabras, siempre diciéndole que todo era de colores, cuando el solo ve el color del cielo y ya sabía que tonalidad sería su día blanco o negro.
— Es cierto, y lo único que ha cambiado es que ahora la trato con más confianza —
Y ahí estaba su salvavida de esta conversación, aquel timbre que le decía que podía comer algo sólido aparte de pastillas.
— Sales dentro de una semana Yibo, ve con tu madre, ella en serio quiere hacer las cosas bien —
¿Mi madre? Ya hasta había olvidado su rostro de aquella mujer de tanta droga, bueno no es que estuviera muy presente en su vida que digamos.
