BLUE FLAMES | ❝Si buscas la luz, a menudo podrás encontrarla.❞
Sia Tao pasó de ser Capitán de la Nación del Fuego a una simple detective en Ciudad Republica. A Lin Beifong aquello no podía importarle menos, ella estaba contenta con tener a una maest...
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CAPÍTULO 5
LE DOLÍAN LAS RODILLAS POR LA POSICIÓN Y ESTABA COMENZANDO A SENTIR FRÍO. Estaba sometida, arrodillada bajo el cántaro de la lluvia y de los relámpagos, pero a pesar de ello pudo escuchar el sonido de los pasos. Aquellos lentos pasos que estaban cada vez más cerca y que solo significaban lo poco que le quedaba a ella para perder su habilidad. De perderse así misma. En ese momento, por ella estaba bien que su última misión fuera mantener el legado de Aang, incluso si ese nunca fue su deseo. Lin no se arrepintió de sus acciones, no si eso significaba que la Nación del Aire seguiría existiendo, que esos niños estarían bien.
Amon se puso delante de ella, alrededor de todos sus hombres, y Lin intentó nuevamente librar sus manos, pero fue imposible. La lluvia comenzó a tomar más fuerza y el agua comenzó a correr por su rostro y sus cicatrices.
━Si me dices dónde está el Avatar, te dejaré tu flexión ━ ofreció Amon con tono grave.
Ella levantó su vista y frunció el ceño a los ojos de su mascara.
━No te diré nada, monstruo ━. masculló con asco mientras abría enormemente sus ojos.
Eso era todo. Perdería su flexión. Sintió que su estómago se hundía mientras luchaba por permanecer imperturbable delante de todos. Cerró los ojos y contuvo la respiración mientras sentía por última vez el metal en su cuerpo. Ellos no merecían ver su dolor y su perdida.
━Muy bien... ━ Amon la rodeó.
Lin se despertó sobresaltada, su corazón latía tan rápido que creía que podría intentar liberarse de su pecho. Por un segundo, olvidó dónde estaba, sus manos se movieron a su alrededor y movió con sus dedos el primer pedazo de metal que vio, para recordar que aún tenía su flexión. Ella suspiró hondo, al ver que podía.
━¿Lin?
Una suave voz interrumpió su cuarto y sacó a Lin de su ensueño.
━¿Lin?
La nombrada recordó que la detective había pasado la noche en el sillón y probablemente la había escuchado gritar. Le devolvió un gruñido brusco mientras giraba en su cama, levantó la vista y vio que Sia estaba en el umbral de su entrada. La detective llevaba una camiseta blanca de mangas largas y unos pantalones de algodón oscuros, cortesía de Lin, quien no admitiría lo bien que se le veían puesto.
Sia se refregaba los ojos, y por supuesto, no entraría a menos que Lin la dejara pasar. Su detective siempre sabía comportarse correctamente a pesar de lo suelta que tenía la lengua.
