Solamente quedaban unos minutos para que el Avión de Rebekah despegara.
—Volveremos en un mes a Estados Unidos —Comentó Kaylee mientras abrazaba a su mejor amiga.
Rebekah no tomaba mucha atención a los que Kaylee y Jacob le decían. Su mirada simplemente buscaba a una persona... y esa persona era Arthur.
Rebekah escuchó como llamaban a los pasajeros del avión de ella. Suspiro al darse cuenta que Arthur no aparecería a despedirla.
—Ya me debo ir —Beso la mejilla de Kaylee y Jacob—. Nos vemos en un mes —Agarró sus maletas y comenzó a caminar a la sala de embarque.
—¡Bekah!
Rebekah se detuvo para poder ver a Arthur correr hacia ella.
—No podía dejar que te fueras sin decirte que te amo con toda mi alma, Bekah. —Agarró la cara de Rebekah—. Te perdí una vez y no te quiero volver a perder.
—Quiero estar contigo, Arthur. Pero tengo miedo que la distancia vuelva a ser un problema.
—Te prometo que esta vez no lo será. Quiero que seas mi novia, quiero estar contigo el resto de mi vida.
Arthur y Rebekah juntaron sus frentes.
—Vuelve a ser mi novia.
—Si —Rebekah sonrió.
Arthur no tardó en juntos sus labios con los de Rebekah. Arthur podía sentir la sonrisa de Rebekah entre el beso.
—No queremos interrumpir, pero ya llamaron por última vez —Hablo Jacob refiriéndose al vuelo.
—Te prometo que iré a visitarte cuando pueda —Arthur volvió a besar a Rebekah antes de soltarla—. Te amo.
—Y yo a ti.
Rebekah se volvió a despedir de los chicos para luego tomar su maleta e irse a la sala de embarque.
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Había pasado dos meses desde que Rebekah se había ido de Mónaco. Gracias a dios esta vez su relación con Arthur si había funcionado.
Arthur la intentaba de visitar casi todos los finde semanas, pero por sus carreras igual era algo complicado.
Rebekah ya había conversado con Candy y ella haría lo posible para que no vuelvan a pedirle un papel a Rebekah.
Rebekah era una muy buena actriz, muchos le querían dar papeles, pero ella ya había tomado la decisión de dejar la actuación.
Las grabaciones estaban avanzando muy rápido y era algo que Rebekah agradecía. Solamente quería estar con Arthur y poder acompañarlo a casi todas sus carreras.
Ese día se suponía que Arthur iría a verla, pero lamentablemente le sucedió algo y no podía viajar, ahora tendría que esperar dos semanas más para verlo.
El timbre de su casa sonó. Rebekah se levantó del sofá para poder abrir la puerta.
—¡Hola! —Arthur abrazo a Rebekah apenas abrió la puerta.
—¡Mi amor! —Se separó de Arthur luego de un momento—. Si viniste.
—Por supuesto, mi amor —Arthur le entró unas rosas que estaban arriba de su maleta—. No puedo perder mi semana libre.
Rebekah volvió a sonrisa. Estaba muy feliz de poder ver a su novio luego de dos semanas separados.
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