—¿Que nombre te gustaría si fuera niña? —Pregunto Arthur
—No lo se —Respondió Rebekah—. He estado pensando muchos nombres de Niño, pero nunca he pensado uno de niña. ¿Y a ti?
—Florence —Respondió Arthur con una sonrisa—. Desde muy chico me ha gustado ese nombre.
—A mi me gustaría Ares. Lo encuentro muy bonito.
—Un nombre griego.
—Si —Rebekah sonrió.
Llamaron a la pareja para que pasaran a la sala donde se encontraba el doctor. Rebekah ya tenía casi cinco meses y por primera vez se haría una ecografía.
—Hola, mucho gusto —Hablo el doctor—. ¿Ya saben el sexo?
—Aún no, doctor —Respondió Arthur—. Es primera vez que venimos a una ecografía.
—Súbase a la camilla, por favor. —Le pidió a Rebekah—. ¿Tienen alguna preferencia?
—No —Negó Rebekah mientras se acomodaba en la camilla. Se subió la camisa para que el doctor pueda empezar a revisar al bebé.
El doctor estuvo unos segundos en silencio hasta que dijo:
—Me encanta dar la noticia cuando son dos bebés.
—¿Como? —Pregunto Arthur confundido.
—Felicidades. Tendrán mellizos.
—¿Y que son? —Pregunto Rebekah.
—Una niña y un niño.
—Ares y Florence —Murmuró Arthur con una sonrisa.
—Muchas felicidades.
—Muchas gracias —Respondieron ambos.
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—¡¿Son mellizos?! —Gritó Charlotte desde la otra línea de teléfono.
—Si —Respondió Rebekah con una sonrisa.
—La próxima iré para allá. Aprovechando que Arthur tiene carrera, así no te quedas sola.
—Aquí estaré esperándote entonces —Rebekah lo pensó unos segundos pero al fin se atrevió a preguntar—. ¿Has hablado con Charles?
Charlotte bajo un poco su cabeza.
—Parece que Charles tiene una nueva pareja —Murmuro.
Rebekah se había enterado hace un mes que Charles y Charlotte habían terminado, las dos primeras semanas pensó que volverían. Pero ahora se sorprendió con que Charles ya tenga pareja.
¿Como puede superar una relación de más de tres años en un maldito mes?
Si ella volviera a terminar con Arthur no se levantaría de la cansa durante un mes y lo único que haría es llorar.
Rebekah miro a Arthur, el cual estaba escuchando la conversación desde el sillón mientras fingía mirar la televisión.
—Tranquila, bonita —Volvió su mirada al celular—. Las cosas pasan por algo, tal vez la vida te pondrá a alguien mejor.
—¡No hay nadie mejor que mi hermano! —Gritó Arthur, ofendido.
—¡Hoy dormirás en el sofá, Arthur Leclerc!
—¡Pero, mi amor!
—¡Sin peros! ¡Eso te sucede por entrometerte!
Charlotte soltó una pequeña risa.
—Te dejó, tengo que salir a comprar algunas cosas con la Vale.
—Nos vemos la próxima semana, bonita —Se despidió Rebekah antes de colgar. Miro a Arthur—. Hablo muy enserio cuando dije que hoy duermes en el sofá —Comenzó a caminar hacia la cocina para comenzar a preparar el almuerzo.
—Pero, princesa.
—Pero nada. Y deja de reclamar si no quieres que sea durante una semana.
Arthur salió de la cocina.
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