Part:24

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Después de tres años de incansable búsqueda, el hallazgo de la carta de la Sultana Kosem trajo un suspiro de alivio y una renovada esperanza al corazón del Sultán y a todos en el imperio.

Mi venerado padre,

Mientras estas palabras encuentran su camino hacia ti, quiero que sepas que tus nietos y yo estamos a salvo. La vida nos ha llevado por senderos inesperados, pero siempre con la certeza de que el amor y la sangre que compartimos son lazos que ni la distancia ni el tiempo pueden romper.

He sido bendecida con el nacimiento de dos más de tus descendientes, una Sultana y un Sehzade, cuyas risas y juegos llenan mis días de luz. Aunque nuestras vidas han tomado rumbos separados, mi corazón permanece con vosotros.

No llores por nuestra ausencia, pues como las estaciones que cambian, así también lo hará nuestro destino. Un día, cuando las estrellas lo decreten, volveremos a caminar por los jardines del palacio y a compartir las alegrías y las penas como una familia unida.

Con amor eterno,
Kosem

El Sultán, con la carta en sus manos, sintió una mezcla de tristeza y consuelo. Aunque la ausencia de Kosem y los niños dejaba un vacío en el palacio, la promesa de su regreso mantenía viva la esperanza. Con fe en el futuro, el Sultán continuó sus deberes, sabiendo que el tiempo traería consigo el reencuentro con su querida hija y sus amados nietos.


Un amor entre dinastíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora