Part:34

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El fallecimiento del Sultán a los 52 años marcó el fin de una era y el comienzo de otra. Sehzade Mehmed ascendió al trono, convirtiéndose en Sultán Mehmed, llevando consigo la responsabilidad y el legado de su padre. La corte se llenó de luto, pero también de esperanza por el futuro que el nuevo Sultán representaba.

Pocos días después de la coronación, una noticia alegre iluminó el palacio: la Sultana Kosem estaba embarazada de gemelos, un Sehzade y una Sultana. La posibilidad de nuevos herederos trajo consuelo y alegría en un momento de duelo.

En los ecos del palacio, donde el luto se encontraba con la vida,
La noticia de gemelos, como una promesa, cortó el aire como un cuchillo.
Un Sehzade y una Sultana, dos futuras luces de la dinastía,
Llevando consigo la esperanza y la promesa de la continuidad de la monarquía.

Durante esos mismos tres años, la consorte de Sehzade Selim también había traído al mundo nuevos miembros de la familia real. Su segundo hijo, un Sehzade, y luego una Sultana, ampliaron la familia y aseguraron la línea de sucesión.

El palacio, ahora lleno de la risa de los niños y la promesa de futuros líderes, miraba hacia adelante. Sultán Mehmed y la Sultana Kosem, junto con Sehzade Selim y su consorte, enfrentaban el desafío de criar a la próxima generación en un mundo lleno de posibilidades y esperanzas.

La historia de la familia real continúa, tejida con hilos de amor, pérdida, y renovación.

Un amor entre dinastíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora