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3:40 p.m | Bashville, Casa Miller
Narrador Omnisciente
Suavemente soleado, fresca brisa que provocaba el revoloteo de los árboles y césped que reinaban en el pueblo. Ese día estaba más lleno de felicidad que los anteriores para la ojiazul y la ojiverde.
Era una tranquila tarde después de aquel día que parecía ser irreal. Después de aquella noche llena de tranquilidad, después de aquel atardecer tan mágico e inigualable, dónde ambas chicas se fundieron en los labios de la otra y demostraron el cariño que se tenían por primera vez.
Ahora se sentían exageradamente felices, pues lo que había sucedido el día anterior las tenía así, y no era para menos ya que para ambas habia sido su primer y mejor beso. Fué indescriptible, pero lo único que importa es que fué con alguien que les gusta, que quieren y aman.
Ese beso fué todo lo que querían.
Por la mañana después del desayuno Luna y Lynn habían dejado la casa Miller para dirigirse a la suya, dejando a Betty y Augustine a solas ya que su madre no estaba en casa; ambas rubias estaban extasiadas ya que la menor le había contado lo sucedido con la deportista, la mayor de ellas no paraba de repetir lo increíble que debió haber sido, lo feliz que estaba por su hermana sin dejar de lado las burlas de su hermana sonrojada.
Después de cesar sus risas la mayor se acercó a la mesa de centro que estaba frente a los sillones donde se encontraban para tomar su plato con fresas frescas, la menor fué al patio para buscar a su pato.
Al encontrarlo lo tomó entre sus manos y regresó al interior del hogar para llevarlo junto a su hermana; se dispuso a sentarse en el mismo lugar del sillón en el que anteriormente se encontraba, sin embargo su hermana le llamó la atención ya que se encontraba viendo su celular con una expresión bastante seria y sorprendida.
Su plato hondo de fresas había sido dejado de lado.
- Que ocurre? - Preguntó curiosa y preocupada Betty, ya que su hermana no hacía nada, solo miraba la pantalla de su celular sin cambiar su expresión.
- Mira tu celular. - La voz de la mayor salió en un tono bajo, como si no quisiera ser escuchada.
Betty sin dudar hizo lo que su hermana pidió y al momento de sostenerlo su pantalla se encendió, apareciendo en esta una notificación.
Una bastante inesperada.
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