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7:20 p.m |Bashville fair
Narrador omnisciente
El lindo y pequeño momento que ambas chicas había tenido se vió interrumpido y obligado a esfumarse. Por el momento.
El ruido de la voz de la madre Miller por el micrófono las sacó de sus pensamientos, pues había presentado a la siguiente hermana Loud que se había voluntariado para subir al escenario.
No fué una sorpresa para la familia Loud, pues los escenarios eran cosas de Luna Loud.
Quién yacía subiendo con su típica guitarra eléctrica.
Sin duda su familia empezó a animarla gritando su nombre y aplaudiendo para ella.
Sus dedos empezaron a rasgar las cuerdas emitiendo el sonido usual, Luna frente al micrófono.
Todos dejaron de charlar y redirigieron su atención a ella y al primer acto musical de la noche.
Un ritmo sucesivo podía escucharse provenir de la guitarra, mientras que una sonrisa aparecía en la cara de la castaña Loud sobre el escenario.
Luna se acercaba al micrófono y comenzó a cantar los primeros versos de 'Shut up and dance' de Walk The Moon.
Una ola de energía se posó sobre el público y su cantante.
Su entonada voz retumbaba en los altavoces llegando a los del público.
Algunos de los jóvenes que sabían la letra no dudaron en seguir a su paso a la chica del escenario.
Algunos otros animando con palmas que iban al mismo ritmo.
El pie de algunos otros no pudo evitar moverse ante el ritmo energizante golpeteando rítmicamente el piso.
Murmullos de la gente señalando que tocaba bien la guitarra o tenía buena voz se escuchaban, teniendo a los orgullosos padres Loud contestando que ella era su hija, al igual que algunas de sus hermanas y su hermano.
Augustine había estado bajo el escenario sentada en primera fila, dónde ahora en su asiento hay un lugar vacío, pues era el que pertenecía anteriormente a Luna.
Augustine no podía despegar su mirada de ella, el movimiento de sus dedos contra la guitarra y el sonido de su voz entonada la hacían caer en sus encantos.
Cuando la canción fué reconocida por Betty volteó a ver a Lynn con sorpresa y emoción en su cara, pues sabía la canción y le gustaba.
Lynn, como momentos antes, no podía evitar estar aún más cautivada y encantada con cada movimiento que la rubia hacía.
