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Narrador omnisciente
5:00 p.m | Bashville
Siguiente día, parcialmente nublado y con leves rayos solares atravesando las nubes, sumando la brisa refrescante; teniendo a los habitantes de Bashville preparando sus establos y resguardando sus animales por la advertencia de lluvias.
Por otro lado, nuestra deportista había estado muy al tanto del estado de la rubia, pues sabía que después de lo sucedido el día anterior su humor estaría por los suelos y sus sentimientos rotos, sin embargo esa no era la realidad, por supuesto que la ojiazul no estaba extremadamente de buen humor pues a pesar de todo muy en el fondo lo sucedido son su padre si le afectaba, el dolor fué menos ya que nuevamente Lynn era el motivo de curar y sanar sus sentimientos previamente rotos.
Siempre estaría agradecida con Lynn.
Siempre estaría agradecida con Lynn por poner una curita en su corazón.
En un corazón frágil.
Y era algo de lo que la castaña no estaba conciente, sus acciones e intentos para hacer sentir mejor a la rubia era algo que inconscientemente hacía por qué verla sonreír era como una necesidad y ella estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para que esto sucediera.
No era algo que fuera normal en la deportista, para nada.
Ella jamás había estado así con alguien, ni habría hecho eso por una persona jamás.
Es algo que solamente surgió con Betty, algo tan natural que la misma Lynn no creía que estuviera haciendo eso, pero si se trataba de la rubia no tenía problema.
Si la Lynn de hace unas semanas viera a la Lynn actual sin dudarlo la taclearía mil veces, la golpearía y le recriminaría.
Y la Lynn actual se burlaría de la Lynn de hace unas semanas por siempre decir que una situación amorosa jamás estaría en sus planes ya que dañaría su concentración en los deportes.
Si supiera cómo está ahora.
Su familia estaba más que sorprendida al ver esto, y obviamente sus hermanos no dejaban pasar la oportunidad de restregarselo en la cara burlándose de ella.
La castaña fingía molestarse pero cuando nadie la veía se reía de las burlas que sus hermanos le hacían, pues todas las cosas que le decían y por las que se burlaban eran ciertas. Le gustaba que la molestaran con Betty.
Betty descansaba en el sillón de su sala de estar junto a Benjamin y Augustine a su lado viendo la televisión. No tenía mucho que hacer en el día de hoy, por lo que su mejor idea para pasar el rato fué salir con su querida deportista.
