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Finalmente Jungkook había liberado sus pensamientos, le había dado voces a aquellas verdades que vivían en silencio en su cabeza, torturándolo, pidiéndoles salir. Y en vez de sentirse liviano porque al menos ya no tenía nada que esconderle a Taehyung, o al menos no demasiado, sentía que aquella conversación había puesto unidades de plomo en sus hombros y que, contrario a lo que había supuesto, aquello no se sentía nada bien.

Estaba pasmado, estático, mirando a un punto fijo cuando ya no quedó más que el perfume de Taehyung en el aire, porque él ya había desaparecido por aquel camino oscuro y que parecía sin fin, como si se lo hubiera tragado la lejanía.

Le dolía tanto el pecho que quería llorar a ver si con aquello lograba disminuir su horrible sentir, y estaba seguro de que esa no era la solución absoluta, sin embargo, era lo único que le apetecía hacer en el momento, porque en la situación que se encontraba no había lugar para razonamientos ni arrebatos, simplemente le quedaba desprenderse de todo aquello que creyó tener seguro, empezando y terminando en Taehyung.

Aquella brisa fría de medianoche, el sonido de las olas siguiendo su curso y el latido de su corazón parecían estar dispuestos a crearle un ambiente miserable, porque así era como lo tomaba él, y así era como se sentía. Solo, dolorido sentimentalmente, sin esperanzas, con lágrimas como solución a todos sus cuestionamientos que mataban sus propias ganas de respuestas por culpa de lo que aceptar ciertas cosas traerían consigo.

Caminó en línea recta por toda la orilla, devolviéndose y retomando la caminata, mordiéndose los labios para evitar llorar, queriendo apaciguar el dolor del corazón con el dolor físico que podría causarse. Temió romperse el labio cuando se mordió tan fuerte que le quedarían marcas, tomando un puño de su propio pelo mientras se dejaba caer de rodillas, sin poder aguanta mucho más.

Saber que estaba afectado era probablemente lo peor de la situación, incluso cuando sabía desde antes lo mucho que le importaba lo que pasara entre ellos dos. Y el sentimiento horrible de saber que realmente tuvo el valor para decirle cosas que eran muchísimo más que feas a Taehyung volvió a él, intensificándose cuando reparó en que cada una estuvo cargada de verdad.

Quiso ir a buscarlo, con lágrimas en los ojos, derrotado y decepcionado de él mismo, pero dejó volar aquella idea cuando aceptó que no se merecía ni siquiera pedir disculpas. Porque era horrible, despreciable y lo peor que le pudo pasar a Taehyung en la vida.

Aún así, lo seguía queriendo.

Después de aquella caminata solitaria y bajo la oscuridad de la noche, lo último que quería Taehyung era estar solo. Y aquello no era el único motivo, sino que realmente necesitaba compañía, no quería sentirse abandonado, ni sin amor, tampoco descartado.

Todavía conservaba la chaqueta de Jungkook cuando llegó a su casa, aferrándose más a ella cuando recordó que estaba sobre sus hombros, intensificando su llanto al darse cuenta de que todavía seguiría enganchando a Jungkook y todo lo que tuviera que ver con él.

Subió las escaleras, llegando a su habitación y poniéndose el pijama antes de secarse las lágrimas, prefiriendo tragarse todo lo que seguía sintiendo porque ya había llorado demasiado. Aquellas declaraciones eran decisiones de quien las dijo, y él no debía estar tan dolido por aquello, la vida se trataba de eso, pero no podía simplemente dejarlas pasar cuando aquells verdades eran estacas directo a su corazón.

Con su rostro seco, una almohada en la mano y una expresión estoica, caminó hacía la habitación de Namjoon, entrando sin tocar. No le preguntó antes de subirse a la cama, abrazándolo por detrás, escondiendo su rostro en la nuca de su hermano.

HARD TO GET ◆ [VKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora