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Jungkook se había acostumbrado a reprimirse desde que lo supo, y en los últimos meses, le había estdo gustando tener la libertad de ser transparente con una persona, incluso aunque no del todo. Taehyung, que nunca le enseñó a propósito que estaba bien ser él mismo, pero que de alguna manera se lo dejó claro, que lo quiso y lo dejó quererlo, que le tuvo paciencia, que lo prefería siendo suyo, todo para al final terminar lastimado por la poca seguridad y valentía que poseía.

Él sabía que no estaba mal, o al menos no tan mal, pero aquel aserto era solo un pensamiento fuerte y ruidoso en su cabeza que se negaba a convertirse en su propia materialización, siendo él mismo aquel impedimento. Era como si pudiera aceptarse, pero no en voz alta. Y aquella negación muda traía consigo un comportamiento orgulloso que, en realidad, siempre lo caracterizó, pero que empezaba a volverse más severo cuando salía a colación una afirmación que pretendía mantenerse por siempre como una negativa.

Jungkook no había tenido esos gustos desde que recuerda, por lo que no quería llamarse así, de esa forma en la que estuvo a punto de ser clasificado, porque más que propias preferencias, parecía un desvío en su vida en el que tendría que dar la vuelta y volver por el camino inicial. Primero empezó con una repentina atracción a los labios de uno de sus amigos en la escuela, aquello cuando tenía doce, provocando que, cuando en un arranque inofensivo de confianza confesara aquel pensamiento, fuera excluido y tachado como marica de inmediato, porque los hombres no encontraban bonitos los rasgos de otros hombre y eso hasta sus amiguitos lo sabían.

Esa fue la primera vez que se sintió solo, mal visto y criticado, porque nadie quería ser amigo de un niño que no pretendía jugar contigo, sino mirarte como si fueras una chica bonita.

Después, cuando estaba cerca de los quince, en el momento en que empezó a enterarse de los asuntos de los adultos y escuchó en medio de la cena aquellas mañas que tenía su tío, su abuelo empezó a advertirle que no debía ser como él, que aquel comportamiento era asqueroso y que no había nada mejor que tener una bella mujer sobre las piernas. Jungkook metió en un cesto los sentimientos raros que podrían atraer aquello contrario a lo que su abuelo le deseaba, porque su abuelo era su persona favorita y él no podía hacerle infeliz.

Entonces, cuando cumplió dieciocho y sus compañeros de clase le empezaban a molestar con el hecho de que no había tenido novias, que si acaso sus gustos eran los contrarios, Jungkook se sintió descubierto, atacado y presionado, queriendo dejar de ser la burla y evitar a toda costa las sospechas de una sexualidad vergonzosa.

Consiguió una chica que nunca le gustó ni siquiera un poquito, solo para que un mínimo tiempo después descubriera que quizá su hermano le caía mejor. Y aquello podría pasar sin ningún problema, pero en un descuido, cuando se encontró mirándolo demasiado, porque Jungkook siempre miraba a los
hombres demasiado, se le cuestionó aquella pizca extraña en su mirada, y él solo pudo responder con que no era gay, incluso cuando no fue lo que se le preguntó.

Ese día Jungkook huyó avergonzado porque había dado una respuesta que le haría ser el blanco de la burla entre su grupo de amigos, misma que atraería la mirada de los demás con muchísima más atención sobre él, porque claro que querían descubrir si Jeon Jungkook era un virado, y él no estaba dispuesto a dejárselos saber. Él no lo era, sus gustos eran totalmente normales, así que esa vez fue la última que Jungkook miró con demasiado agrado un chico.

Desde aquel momento, Jungkook había empezado a acostarse con chicas, al principio teniendo experiencias raras lideradas por su versión más joven e inexperta, luego convenciéndose de que así era como debía sentirse y que aquello le debía gustar, solo para querer tapar el hecho de que probablemente le encantaba mirarle los labios a los hombres, que le parecían atractivos y que todavía podía pasarlo mejor con ellos. No tuvo ningún amigo más que Namjoon desde ese entonces, queriendo evitar las charlas de cuantas chicas había tenido en una semana y cuan bien la chupaban, pero de todas formas, seguía manteniendo costumbres que pretendían ser la cortina sobre lo que verdaderamente deseaba.

HARD TO GET ◆ [VKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora