VII. Coriolanus Snow

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CAPÍTULO 7

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CORIOLANUS SNOW

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⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀La mayor satisfacción que podía sentir una peluquera era barrer el cabello de un cliente después de cumplir con su petición. Aludía al éxito, a un trabajo finalizado y bien hecho.
Roos lo sabía y, por ello, trataba de verse sonriente mientras barría con cuidado el pelo de Needle.

La gata se había dejado acicalar por Roos y, aunque no pudiera pagarla por su trabajo, la peli rosa quería mantenerse positiva ante aquel logro.
Al fin y al cabo, solo un gato confiaría en su habilidad como peluquera. Nadie del distrito era tan tonto como para…

El sonido de la puerta y el temblar de la campanita provocaron que el fino cuello de Roos se girara con rapidez hacia la entrada, tirando en el camino la escoba.

Se paró en seco frente a la puerta, poniéndose de puntillas para ver a través de la pequeña ventana que había sobre el pomo, asomándose solo un poco.
Sus talones volvieron a tocar el suelo enseguida y un suspiro entrecortado por los nervios y el cansancio irrumpió de entre sus labios.

¿Por qué siempre tenía que ser él? Su actitud comenzaba a parecerle obsesiva y molesta. Casi se le hacía similar a Benedict. Aunque… A Saintgune no le hubiera dado tantas oportunidades como a aquel platinado. Él le provocaba una curiosidad irrevocable.

Abrió la puerta con un movimiento brusco y sus cejas se juntaron mientras alzaba la cabeza para observar al joven y alto agente de la paz.

—Quieras lo que quieras, la respuesta es no.

Coriolanus alzó una de sus cejas y se quitó su casco de agente para evocar un sentimiento más formal y despreocupado—. Roos…

Pero la peli rosa ya podía identificar aquella táctica después de que él la pusiera en acción un par de veces, por lo que intentó cerrar la puerta para acabar la conversación.
El ojiazul, pese a este claro rechazo, no se lo dejó fácil y metió su bota entre la puerta y el marco de esta para detener el portazo.

𝐑𝐎𝐒𝐀𝐒 𝐄𝐍 𝐋𝐀 𝐍𝐈𝐄𝐕𝐄 | Coriolanus SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora