Instintos Primítivos

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Capítulo 9

Noticiero Canario

Michelle: Ya han pasado tres semanas desde el último homicidio a manos del enigmático asesino autodenominado "Galantus".

Jacob: Hasta el momento, los esfuerzos de la policía por atrapar a "Galantus" han sido en vano.

Michelle: A día de hoy, la gente se pregunta si esta pesadilla ya ha llegado a su fin...

Jacob: Y en otras noticias, pasaremos con...

Antes de que pudiera decir alguna otra palabra, la televisión fue apagada por dicho homicida, quien estaba expectante de cualquier cosa relacionada con sus homicidios.

Galantus: Jajaja... no tienen idea... de lo que está por venir, jajaja...

Pensó para sí antes de levantarse de su sillón y dar algunos pasos para posarse delante de una ventana y así poder contemplar a las personas que recorrían las calles sin temor alguno. En ese momento, se imaginaba a sí mismo como un dios o algún ser superior, uno que puede decidir entre la vida y la muerte de las demás personas, pues a su vista no eran más que daño colateral en este juego macabro que tenía con la policía.

Galantus: Es momento... de un triunfal regreso...

Mencionó en voz baja, dando media vuelta alejándose así de aquella ventana para ir a una de las habitaciones donde tomaría su atuendo negro, útil para su trabajo. Después de todo, dentro de poco dará inicio a su nuevo y sangriento plan. Pocas horas pasaron para que la noche llegase a cubrir el cielo con su vasta oscuridad; esta vez, la luna no apareció, dejando solo a las estrellas para contrarrestar algo de aquella oscuridad nocturna.

Galantus: (Ha pasado mucho tiempo desde que arrebaté una vida... y me aseguraré de disfrutar cada segundo.)

No había otra cosa en su mente que no fuese el saciar aquellas ansias asesinas. En cuanto salió de aquel departamento que fungía como refugio, pudo recorrer las calles con total libertad, observando a sus diferentes "candidatos", buscando cuál sería el más apto para anunciar su glorioso regreso después de tres largas semanas sin actividad alguna. Tuvo que ser muy paciente; después de todo, esperaba que el resultado valiera su larga espera.

Galantus: (¿Quién... de entre todos los que, para mi fortuna, están en las calles, será el afortunado?)

Durante su recorrido por las calles, se sumió en sus pensamientos a tal grado de que no se percató de que alguien venía en dirección opuesta hasta que terminaron chocando, provocando que aquel hombre tirara su tablet en la cual estaba revisando ciertos asuntos de vital importancia.

Galantus: Agh... eso dolió...

Steven: Oye, ten más cuidado, idiota. Más te vale que no se haya averiado.

Galantus: Perdón... estaba divagando...

Cuando ambos se levantaron, Steven se acercó a la tableta levantándola para observar cómo la pantalla se había dañado, distorsionando la imagen.

Steven: ¿Quién pagará por esto?

Galantus: Ya te pedí perdón... divagué demasiado...

Steven: Oh, ¿y se supone que debo perdonarte por eso? Si sabes que tus disculpas no arreglan un carajo... sabes qué... solo lárgate antes de que me arrepienta.

Tras decir aquellas palabras, pasó a un lado de quien es la persona más buscada, no sin antes darle un pequeño golpe con el hombro, como si no fuera más que un estorbo en su camino.

Operación GalantusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora