Confusión.

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Su cerebro entró en corto circuito cuando entró en conciencia de lo que estaba haciendo. Los labios del contrario eran suaves, y el tierno beso de un solo roce le pareció espléndido. Sin embargo, había un problema.

Era Bosco Villa de Cortes.

Ensancha sus ojos, se separa del beso y se le queda mirando unos segundos, aún sin procesar lo que acababa de suceder. Inhala y exhala. Los segundos pasan y no pueden dejar de mirarse fijamente.

Los gritos de Eder y Monito regresando de la tienda junto a Gala y Salomón los despiertan del momento que acaban de vivir, y Pedro Pablo entra en pánico.

Se quita su delantal, lo deja sobre el gran mesón y rodea este para salir de la cocina. Bosco no puede decir ni una palabra, se encontraba igual o incluso más sorprendido que él de lo sucedido.

Pepa se encuentra a los demás en la puerta, y les comenta que tiene que hacer algo importante y debe salir. Su hermano se preocupa, pero él responde que no es nada grave. Al lograr salir de la casa, cierra la puerta a sus espaldas y apoya su espalda en la misma.

Con las yemas de sus dedos de su mano derecha, toca ligeramente su labio inferior, recordando su beso con Bosco. Tapa su rostro con ambas manos, sintiéndose sorprendido, emocionado y asustado al mismo tiempo.

¿Emocionado?
Piensa, un poco indignado consigo mismo de pensar en eso cuando recién están comenzando a llevarse bien como personas normales.

Sacude su cabeza a ambos lados, tratando de olvidar lo que acababa de suceder. Necesitaba pensar, aclarar sus ideas y dejar de ver escenarios extraños donde no los había.

La estadía de la familia Roble en la casa Villa de Cortes duró una semana, en la cual no habló con Bosco de lo sucedido, pero hubo momentos donde pudieron hablar de otros temas que les interesaban.

—Mi madre adoraba cuando le hacía esculturas. Me abrazaba con cariño y lloraba algunas veces. Me preguntaba cómo estaba y por qué había hecho tal escultura, y yo le explicaba. Cada vez que hago una nueva, pienso en ella y la extraño, pero sonrío al recordar que ella sería feliz con verme disfrutar de lo que amo.

Ese día, Pedro Pablo lo miraba fijamente, encantado por esa forma de expresar sus sentimientos, y ver que la pasión que comparten les ha ayudado a continuar con sus vidas.

Para Pepa, el arte le ayudó a descubrirse, aceptar quien es en realidad y decidir el camino que quiere tomar. Bosco le mostró una parte vulnerable de su ser, y él habia apreciado y guardado en lo más profundo de su corazón la confesión de Bosco.

La segunda semana fue Pepa pensando en Bosco mientras continuaba con su mural, asistía a la nocturna y ayudaba en casa, es decir, todo el tiempo. Incluso antes de dormir, el rostro de Bosco aparecía nuevamente en su mente

—Creo que me enamoré de ese tipo —concluye después de dos semanas de reflexión.

Tapa su rostro con sus manos, dejando la pintura a medio hacer sobre su soporte. Separa un poco sus dedos, en la cual coló su mirada, observando la pintura. Era inspirado en Bosco.

—Tengo que estar volviéndome loco.

Concluye rápidamente, mientras tira su soporte debajo de la cama, tratando de olvidar lo que acaba de pensar. Tenía que olvidarse de Bosco, no podía tener sentimientos por él, tenía que estar bromeando.

—Pepa, Bosco va a venir a la casa. Don Esteban y yo vamos a las clases de baile y él vendrá.

Avisa su tía Paz con mucha tranquilidad, aún sin saber el manojo de emociones que estaba teniendo en estos momentos.

One-shots || BospaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora