Esperanza.

284 31 8
                                    

En una mañana soleada, los habitantes del reino celebran con entusiasmo por la llegada del ejército real, después de una indiscutible victoria por los territorios fronterizos. Pequeñas banderas del reino son ondeadas por niños y pocos adultos. Algunos reciben a los soldados entre aplausos, mostrando sonrisas enormes. Parecía un desfile, donde el comandante lideraba al resto de soldados sobre su caballo blanco en camino al castillo real.

Pedro Pablo Roble, un joven con genuina curiosidad sobre el recibimiento, se posiciona sobre una canasta de madera detrás de las personas para visualizar a los soldados. Las armaduras doradas, las espadas amarradas a sus cinturas y los escudos con la bandera del reino eran imponentes y hermosos. Sentía algo de celos al ver a aquellos alfas demostrar su supremacía por medio de sus habilidades físicas, algo de lo que él carecía en demasía.

Dirige su mirada triste a la canasta de paja en sus manos, donde llevaba toda la comida que debía repartir durante el día. Suelta un suspiro, se baja de la canasta y se adentra entre las casas de la capital del reino, esperando vender absolutamente todo y ser útil para su familia.

Manifestado como alfa, su familia había impuesto altas expectativas en él. Sería un soldado, o un funcionario de la realeza, o incluso maestro de la familia real. De un alfa se esperaba logros y riquezas, pero, hasta ahora, Pedro Pablo no había conseguido nada de eso. Su arte no había logrado el impacto esperado, y la academia de formación había rechazado su solicitud por segundo año consecutivo.

Con la puesta de sol, había logrado su última venta del día, sintiéndose satisfecho. Suelta un suspiro, y se dirige a la calle principal donde fue el recibimiento del ejército real. La gente se había ido del lugar y no quedaba más que las pequeñas banderas del reino tiradas en el suelo.

...

La familia real se encuentra reunida en la sala del trono del rey, conversando entre ellos sobre la llegada de los soldados. Gala toma de su taza de té, expresando su entusiasmo.

—Es increíble que hayan ganado. Por fin, podemos darle un desenlace a este conflicto sin sentido —Deja la taza de té sobre la mesa y junta sus manos, formando una sonrisa.

—Estoy feliz de que Fobo regresó. Prometió enseñarme a usar la espada —expresa Eder con entusiasmo, simulando movimientos con su mano derecha.

—Todo terminó, y solo queda preparar tu ascenso a la corona, hija —informa Esteban con una sonrisa.

Gala Villa de Cortés, una mujer alfa, con una presencia imponente y de grandes conocimientos y habilidades, es la heredera al trono del reino. La corte real la había rechazado inicialmente, pero la insistencia de su padre durante un largo tiempo fue suficiente para que eventualmente fuera aceptada.

—Me alegro por ti, Gala —Finalmente, habla aquel que se había mantenido en silencio hasta ahora.

Bosco regresa su mirada a su taza de té sobre la mesa. Esteban asiente, expresándose de la misma manera.

Todos parecían felices y satisfechos con sus vidas, pero él no lo estaba.

Bosco Villa de Cortés, un joven omega con una actitud reservada y melancólica, es el segundo hijo del rey. Durante su infancia, se le crió con la idea de ser el próximo rey de su reino, debido a su posición del hijo hombre mayor de la familia real.

Sin embargo, al llegar el momento de conocer su segundo género, toda su vida cambió por completo. Con la manifestación de Gala como alfa, se tenía claro quien tomaría el trono así tuviera dificultades, pero, con su resultado como omega, no había ni la más remota posibilidad de obtener algún cargo en el palacio real.

Un omega era considerado alguien inútil, sin la capacidad intelectual de llevar cargos importantes con responsabilidad, con el único propósito de servir a su alfa en momentos de necesidad afectiva.

One-shots || BospaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora