—ALESSIA DIGIACOMO A TU HABITACIÓN —No había no entrado a la casa cuando lo primero que escucho es a mi tía pegando gritos.
Deje el bolso a un lado y camine de puntillas hasta llegar a la cocina y rezar que mi tía no sienta mi existencia en la casa.
Verga.... No me presenté.
Bueno mientras rezo vamos a aprovechar de dar un contexto rápido a la situación, intentaré no sonar cliché ni cringe.
Hola, me presento soy Carolina Digiacomo, tengo 27 años y soy la representante del estado ANZOÁTEGUI.
No es cierto, solo estoy rezando porque mi tía no me parta un palo de cepillo en el lomo.
¿Porque? Sencillo, porque soy una alcahueta, porque mientras yo estudio me toca cuidar a los hijos menores de mi tía mientras ella acompaña a su hijo, osea, Fabricio a sus competencias de karting.
Entonces en una de esas tantas cuidadas mi prima metió al novio aprovechándose que está pobre alma en pena (osea yo) estaba estudiando para un parcial de odontólogia.
No te digo yo chica. Abusan de la confianza de una.
—¡Mamá es que tú no entiendes!
—¡Claro que entiendo chica que andas de motolita¹!
La vida sería más fácil si mi mamá no me hubiera abandonado y dejado con mi tía para irse con mi primo a Mónaco, o me hubiera dejado con mi papá.
Tomé un bowl de cereal mientras calmaba mis chakras y llamaba a la buena vibra a mi lado.
Porque es que Dios, últimamente yo e estado pero es salada², se supone que debía estar empezando a practicar la presentación de la tesis pero hubo un problema en la universidad, y atrasaron el evento, por lo que otra vez tengo que practicar en mi habitación y no en el anfiteatro como se había propuesto junto a mis compañeros.
Entonces allí estaba yo, comiendo un cereal mientras revisaba el grupo de WhatsApp de mi promoción peleando por la tesis.
Deje el teléfono de lado y lave mis platos para irme a mi habitación y hablar con mi primo Agustín y piratear F1 premium.
Suspiré cuando entre a la habitación y la discusión de mi tía con mi prima seso.
Luego de un rápido baño, acomode mis cosas y encendi mi computadora para que mi primo me diera la clave de su cuenta.
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9:00 a.m hora de Mónaco.
Revise otra vez la hora para corroborar no ser una molestia.
—¡FELIZ CUMPLEAÑOS A TI! ¡FELIZ CUMPLEAÑOS A TI! ¡FELIZ CUMPLEAÑOS AGUUUSTIN! —mis primos y yo coreamos en unisono mientras sosteníamos un pastel frente al computador.
