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Que peo vale estaba parada frente al espejo, con mi tía atrás y Alessia igual..
—ese color no te favorece —alessia dijo y tomo otro vestido del montón —deberias ir con un conjunto no un vestido.
Mi tía asintió dándole la razón, yo suspiré casi derrotada, salimos a las nueve de la mañana y eran las cuatro de la tarde y aún no encontrábamos nada para mí presentación.
—un conjunto? Ay tía me duelen los pies. —entre a los probadores a cambiarme por séptima vez en los veinte minutos que llevamos allí.
—Alessia ya encontró algo mi niña, no te preocupes.
Yo me senté derrotada en el sillón del probador esperando el famoso conjunto de Alessia.
—mi niña, no te pregunte, ¿Hablaste con tu mama sobre el viaje a Mónaco? —yo me quedé callada — ay Carolina, sabes que esa mujer se pone de los nervios cuando te ve, deberías hablar con ella.
Supieras que más nerviosa estoy yo, no le guardo rencor ni odio a mi mamá por lo que pasó, al final no fue su culpa haber reaccionado como lo hizo. A veces parece que la que me tiene odio y rencor por lo que pasó es ella.
—la intente llamar, todos los días, no contesta, no quiere saber nada de mí. —yo suspiré.
—no te odia. —parece que tía me lee la mente, lo dijo casi en automático. —pero no es fácil lo que ustedes pasaron hija.
—pero ella... Yo me quedé, yo enfrente todo y ella simplemente se fue... Yo... No la quiero odiar, no lo hago pero. No es fácil.
Yo suspiré y me seque las lágrimas.
—¡Lo encontré! —el grito de Alissa me saco de mi trance y ella lanzó el conjunto por l puerta —¡Si no te lo pones tú me lo pongo yo!
Ella dijo emocionada y yo reí.
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Estaba corriendo al lado del carro, si, corriendo en medio de la calle.
—Fabriciooooo —grite, no vuelvo a dejar más llaves al alcance de sus manos—¡Para el carro! —golpee dos veces las puertas del carro.
