Capítulo 1

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El primer día de clases siempre trae consigo una mezcla de nervios y emoción, y aunque llevara toda la vida en este instituto, aquella sensación no era muy diferente para mí.

Ese día me levanté temprano, a las 6 a.m. para ayudar a mamá con el desayuno. Ella todavía no se había despertado, así que aproveché para lavar la ropa que ella había dejado en la cesta. Casi una hora y media después, ya la había tendido y le había preparado un desayuno especial.

El cumpleaños de mi madre siempre coincide con el inicio de las clases, así que le hice también una mini cupcake y le puse una vela encima. La desperté con un beso y nos lo comimos todo los dos en su habitación. La felicité y le canté, aunque a ella le diera vergüenza y me dijera que me callara para no molestar tan temprano a los vecinos. Cuando ella bajó a lavar los platos, yo fui a mi dormitorio a arreglarme. Me di una ducha, me puse el uniforme y me lavé los dientes.

Como aún faltaba media hora para ir a clases, aproveché para preguntarle a mamá qué quería por su cumpleaños, y así antes de comer se lo compraría. Cuando llegó la hora, cogí mi mochila, abracé a mamá y salí en dirección al instituto.

El bullicio de todos los estudiantes resonaba en tus oídos en cuanto atravesabas el pasillo. Yo solamente estaba buscando a qué clase tenía que ir, pero fue entonces cuando la vi.

Una figura solitaria de pie en medio del pasillo, con una expresión de asombro y timidez que me resultaba muy familiar porque me recordaba a mi primer año aquí.

Sus ojos, tan azules como el mar, observaban a cada persona que pasara por allí. Se le notaba en la cara que quería hablar, preguntar algo quizás, pero no podía, la timidez y el miedo le ganaban.

Ella estaba tratando de encontrar un lugar en el que fuera aceptada en este nuevo mundo lleno de escándalo.

Nervioso, me acerqué a ella y le regalé mi sonrisa más sincera y amistosa, sintiendo a la vez una pequeña chispa de intriga encenderse en mi interior.

¿Cómo se llamaba? ¿Sería nueva? ¿Por qué había venido aquí? ¿Le caería bien? Tenía mil preguntas en mi mente, pero todas ellas salieron de ahí en cuanto me dijo "¿Hola?", esa palabra fue la primera de muchas otras que intercambiaríamos.

— Oh, perdón. Hola, ¿qué tal? — Le dije extendiéndole mi mano en un gesto de saludo. — Yo soy Harry. ¿Eres nueva aquí?

Ella me devolvió la sonrisa y rápidamente su rostro se iluminó con una mezcla de alivio y amabilidad.

— Sí... Me llamo Bella. Es mi primer día y creo que me he perdido, no encuentro mi clase. ¿Tú también estudias aquí? — Respondió, estrechando mi mano con firmeza.

Asentí mientras mantenía mi sonrisa, disfrutando de aquella pequeña conversación que había surgido entre nosotros. Le pedí que me mostrara el papel que indicaba su aula para decirle dónde estaba.

Mientras nos dirigíamos cada uno a su respectiva clase íbamos compartiendo anécdotas graciosas y también hablábamos sobre nuestros planes para el futuro.

Me contó que su sueño era ser médica, como su madre, pero que temía no conseguirlo. Decía que ella tenía mil dudas sobre si había escogido el camino correcto o no, y que no quería equivocarse.
En cambio, yo estaba seguro de que ella iba a ser capaz de cumplir ese sueño.

Con cada nueva conversación que iba surgiendo, yo sentía una fuerte conexión especial surgir entre nosotros, como si nuestros destinos hubiesen decidido que nos conociéramos en ese momento y lugar exactos, como si hubiéramos estado destinados toda la vida... Como si existiera un hilo invisible entre nosotros.

Bajo la lluvia del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora