Capítulo 2

63 16 2
                                    

Cuando los primeros rayos de luz se filtraron por mi ventana, me desperté sintiendo la suave calidez del sol acariciando mi rostro. Abrí los ojos con renovada determinación, dejando atrás los vestigios del flashback angustiante y enfocándome en el nuevo día que se extendía ante mí.

Me estiré perezosamente, sintiendo cómo mis músculos se relajaban y la sensación de vigilia se apoderaba de mí. Cuando escuché que mamá ya estaba despierta, me levanté de la cama y me preparé para enfrentar el día que tenía por delante.

Después de una ducha revitalizante y un desayuno rápido, me despedí de ella con un beso en la mejilla y salí de casa.

El aire fresco de la mañana me saludó con una sensación de renovación, y me dirigí hacia el instituto con paso firme y determinado.

Mientras caminaba por las calles familiares de mi vecindario, pensé en el día que tenía por delante. Sabía que volvería a ver a Bella, y un día nuevo con ella significaba saber más cosas suyas y poder conocernos más y más.

Al llegar al instituto, el bullicio de los estudiantes llenaba los pasillos mientras se apresuraban hacia sus clases y, entre la multitud, la vi a ella. Vi a Bella charlando animadamente con el profesor de lengua, probablemente él le estaría dando la bienvenida o le estaría explicando el funcionamiento de las clases.

Con una amplia sonrisa en los labios, me acerqué a ella saludándola con un gesto amistoso. Sus ojos se iluminaron al verme y me devolvió el saludo con entusiasmo. Como faltaba ya poco tiempo para nuestras clases, tuvimos que entrar cada uno a su aula.

Cuando llegó la hora del descanso, bajamos juntos y caminamos por el patio, compartiendo un sinfín de palabras mientras nos poníamos otra vez al día sobre nuestras vidas. Bella me contó sobre su pasión por la lectura y me comentó también de qué iba el último libro que estaba leyendo, mientras yo la escuchaba con admiración recordaba el título de aquel libro en mi cabeza para comprarlo al llegar a casa.

Todo lo que tuviera que ver con Bella me interesaba, quería conocer cada vez más cosas de ella, era una chica muy interesante. Después, yo le compartí mi amor por la música y mi reciente experiencia componiendo una nueva canción, aunque me daba vergüenza decirle que esa canción iba sobre ella, así que me salté esa parte.

Entre risas y confidencias, el tiempo pareció desvanecerse a nuestro alrededor, y por un momento, fue como si solo existiéramos nosotros dos en el mundo. Nos sumergimos en una conversación animada, compartiendo sueños, aspiraciones y pequeños detalles de nuestras vidas que nos acercaban aún más. Teníamos un montón de cosas en común.

Poco más de media hora después sonó el timbre anunciando el retorno a las clases, así que nos despedimos con una sonrisa y un gesto de promesa de volver a encontrarnos cuando saliéramos para acompañarla a casa.

Con el corazón ligero y una sensación de alegría en el pecho, me dirigí hacia mi cuarta clase del día, matemáticas, sintiéndome agradecido por la conexión especial que había encontrado con Bella. A pesar de que odiara matemáticas con toda mi alma, aquel día realmente las disfruté, gracias a ella.

—¡Recordad estudiar para el examen y hacer los ejercicios de repaso! ¡Que tengáis un buen día! —Esto es increíble, es el segundo día y el profesor ya ha puesto el primer examen para dentro de una semana y media, y además ha dado ya dos puntos del tema. Imposible, va más rápido que flash. De hecho, si no tuviera ya bien claro que los superhéroes no existen, me creería que mi profesor de matemáticas es, literalmente, flash.

Aunque lo bueno es que había estado la clase entera haciendo mis apuntes y escuchando todo lo que explicaba, lo cual es raro porque en las clases, sobretodo del profesor Brown, me suelo dormir. No es mi culpa realmente, sino suya, porque explica las cosas con desgana, además de que tiene una voz que es capaz de hacer dormir en dos minutos a cualquiera. Pero bueno, después de una clase infernal, ahora tocaba la optativa, que en mi caso era música. Como el profesor no está, nos quedamos solos en clase por segunda vez. Nadie de nosotros conoce al profesor nuevo, que es él.

Bajo la lluvia del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora