Capítulo 6

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Aquel día había quedado con Bella y, justo ahora, acabábamos de despedirnos en la puerta de casa. Cuando entré, me quedé como si acabara de ver a un fantasma. Noté miles de escalofríos subiendo por mi espalda. De repente, y por primera vez en toda mi vida, no me sentí seguro en casa. Era una sensación muy extraña.

Ver a mi padre sentado en el sofá de la sala de estar me producía una mezcla de rabia y resentimiento. Allí estaba James. Sí, mi padre. El hombre que había destrozado nuestras vidas, el mismo que había abandonado a mi madre justo cuando más lo necesitaba, y que ahora tenía el descaro de volver como si nada hubiera pasado.

Podía ver la misma mirada de falsedad que siempre había tenido. La misma que tenía, sobre todo, cuando decía que nos quería. Nunca lo hizo. Nunca nos quiso.

Él estaba allí, intentando aparentar que estaba triste. Pero a mí no podía mentirme. No, no otra vez. Yo sabía la verdad. Sabía que si había vuelto sería porque se habría quedado solo. Porque su mujer lo habría echado. Así, la traición era doble: no solo había abandonado a su familia en un momento crucial por otra mujer, sino que ahora volvía porque no tenía otro lugar al que ir. Era tan despreciable...

—Hola, Harry —dijo, intentando sonar casual.

Sentí un nudo en el estómago.

No podía soportar la idea de que intentara engañar otra vez a mamá, la mujer que él había abandonado, la mujer a la que había dejado a su suerte contra el cáncer. La mujer que lo habría dado todo por él.

—¿Qué haces aquí? —ni siquiera intenté disimular mi enfado.

Mi voz estaba tensa, todo mi cuerpo se había sentado. Todos mis músculos lo estaban también.

—Pensé que te habías ido para siempre —volví a decir cuando él intentó responder.

Él suspiró, intentando fingir una mueca de dolor y arrepentimiento.

—He cometido muchos errores, Harry. Lo sé —vaya, qué sorpresa—. Pero he vuelto para arreglar las cosas —continuó—. Para ser parte de esta familia otra vez.

¿Estaba quedándose conmigo? ¿Qué clase de broma era esta?

Sentí cómo la ira subía desde mi pecho hasta mi garganta. ¿Después de todo lo que nos había hecho quería volver como si nada?

—¿Parte de la familia? —me reí—. No, tú no tienes ningún derecho a estar aquí —vi de reojo cómo mi madre aparecía desde la cocina y, al ver la situación, se quedaba ahí, de pie—. Nos abandonaste, ¿recuerdas? —dije con dureza—. Dejaste a mamá cuando más te necesitaba. ¿Y ahora pretendes que finjamos que todo está bien? ¿Que somos una familia feliz?

James bajó la cabeza. Él también se había fijado en que mamá estaba ahí.

No me dejé engañar por él ni por sus gestos. Sabía que era un intento de ganarse mi compasión pero, para mí, eso no era suficiente, ni siquiera era una opción. No después de todo lo que habíamos sufrido.

—Harry, sé que lo he hecho mal, pero mira a tu madre... —me giré.

Él también. Comencé a apretar mis puños, no sé muy bien por qué.

—Sabes que ahora mismo me necesita. Sé que ha empeorado. Vi las fotos de ella en el hospital en sus redes sociales y por eso decidí venir —continuó hablando—. He cambiado —dijo, volviendo la vista hacia mí con una expresión suplicante.

Mamá, mientras tanto, solo estaba expectante.

—¿De verdad te crees que yo me voy a creer eso? Sé que es mentira. Sé que no has vuelto porque nos quieras o porque te importe mamá, sino porque te has quedado sin otra opción y has decidido probar si mamá volvía a caer en tus brazos —repliqué.

Bajo la lluvia del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora