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Aquí vamos de nuevo, ya se la saben, comenten para una pronta actualización.

COMENTEEEEEEN 👹👹

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-Mierda...- Sunoo sujetaba la boleta de transferencia de secundarias.

Hace dos días había sido expulsado de su anterior secundaria.

Él era un omega, de 1,72 de estatura y para nada un cuerpo musculoso o prominente, pero si bien definido y delgado, así era desde muy pequeño.

A pesar de eso, tenía bastante fuerza y una alta condición física, talvez por eso era jugador titular en su anterior equipo de voleibol obteniendo una posición de "punta" y principal ofensivo en el equipo.

Tenía buenas notas y un alto rendimiento en casi todas sus materias.

El problema era su actitud, buscaba pelea casi todo el tiempo y se enojaba de cada molestón que le daban, sus compañeros eran igual que él, solo que ellos peleaban fuera de la escuela y Sunoo tenía tal temperamento para querer lidiar con todos ellos en ese mismo momento, sin importar si era dentro de la escuela o no.

Era la tercera vez que era expulsado de una secundaria.

Tampoco es como si alguien lo esperara en casa para regalarlo o algo.

Era casi como si viviera solo, su padre se fue cuando era muy pequeño por culpa de que su madre lo botó, Sunoo recordaba que su papá lo amaba mucho y él amaba a su papá, pero su madre quería iniciar otra vida con otra persona y su única solución fue echarlo a patadas.

Su madre era todo un desastre, una drogadicta que iba de fiesta en fiesta y a penas le daba el dinero para comer algo en el día, Sunoo buscaba métodos para conseguir dinero haciendo tareas de otras personas, así era su vida.

Luego de ser expulsado, otra vez, consiguió otra escuela que lo quería dentro, más que todo por él buen desempeño deportivo que tenía, era un excelente jugador y su actitud molestaba, pero estaban desesperados por un jugador de su nivel.

-Ahora a la central del segundo distrito....- suspiró el omega colocándose los audífonos mientras caminaba hasta su nueva escuela.

Vestía un pantalón negro junto a una remera blanca y una sudadera con cierre igualmente negra, sin ningún diseño.

Tenía parches y bandas casi por todo su cuerpo, una curita en su mentón, bandas en su brazo y parches en sus piernas y espalda.

Por eso siempre llevaba esa ropa, así no se veían las heridas.

Con sus zorrunos ojos cerrados en el camino y sus labios serios llegó hasta la puerta del colegio.

Le dijeron que primero vaya a la sala de maestros para que puedan añadirlo al equipo de voleibol ni bien llegara.

-Que aburrido se ve aquí- Sunoo susurró para sí mismo al ver a tanta gente llevarse bien entre sí, estaba tan acostumbrado a la violencia que no verla se le hacía raro.

Al parecer habían varios clubs, ya que cada club tenía una chaqueta especial y habían varios usando diferentes.

-Ahm... Buen día, yo soy--

-¡Kim Sunoo!- dijo un maestro con deportivo, ¿talvez era el entrenador? -Me llamo Christopher Bang, soy el entrenador de voleibol de esta secundaria- ofreció su mano que de mala gana fue aceptaba como saludó. -Esta tarde te esperaremos en el gimnasio para tus pruebas, no olvides llevar tu uniforme- le entregó una polera de entrenamiento blanca que decía el nombre de la escuela atrás -cuando pases la prueba te daremos el deportivo para los partidos ¿Si?

-Sí... ¿Eso es todo?

-Por ahora sí, ya que llegaste algo tarde no podemos hacer mucho, ve rápido a tu aula o cerrarán las puertas.

-Ah... bueno.

Caminó hasta el aula que tenía anotada en la mano, le dio pereza buscar un papel para hacerlo.

Y solo entró.

Pero cuando lo hizo, todo se puso silencioso y pronto llegaron las muchas miradas, que juzgaban todo de él sin decir una sola palabra.

Mierda...

-Oh, que bien que estás aquí, ya iba a buscarte- dijo una maestra, al parecer era literatura -Buenos días alumnos, hoy como ya vieron, un nuevo alumno se integra a nuestra clase, por favor, preséntate.

-Ah... me llamo Sunoo, tengo 17 años... y ya.

-Bien... ve a sentarte junto a Ni-ki- vió que Sunoo tenía una mirada de confusión, él no sabía quién era Ni-ki  -el chico de la última fila de la derecha, es el único asiento vacío.

-Bien.

Caminó hasta ese lugar y los murmullos empezaron, escuchaba todo aunque estaban susurrando "Escuché que casi mata a su anterior mejor amigo" "yo oí que lo transfirieron porque vendía droga" "¿Cómo pudieron aceptar a alguien como él?"

No dañaba su orgullo, estaba acostumbrado a estar en boca de todos y que todos hablaran mal de él, era casi común.

-Hey, ¿Cómo estás?- una voz a su lado se hizo escuchar -me llamó Ni-ki, al parecer nos sentaremos juntos lo que resta del a--

-No me interesa tener amigos como tú, gracias pero no gracias.- respondió cortante Sunoo.

-Nos vamos a sentar juntos todo el año, será muy incómodo para ambos si andas con tu actitud de mierda ¿Sabes?

Ahí Sunoo volteó a ver el rostro de ese chico, listo para darle un golpe y a enseñarle la razón por la cual nadie en ese salón quería cruzar miradas o palabras con él.

Ese chico, Ni-ki, era un alfa, al menos así podía verlo por su aroma y su estatura, aún sentado podía calcularle unos 1.85 centímetros, tenía la perfecta complexión, hombros anchos y cuerpo en triángulo invertido.

-Al menos trata- dijo ¿Ni-ki? Con una sonrisa, algo que se le hacía bastante raro a Sunoo, por lo general se sentaba solo porque nadie quería estar a su lado, habían más asientos vacíos y Ni-ki podía cambiar de lugar cuando quisiera, él no porque lo habían mandado ahí ¿Porqué no se iba?

-No me digas qué hacer.

.

.

Sunoo secaba su rostro con una toalla mientras caminaba hasta la salida de la escuela, acababa de terminar su prueba física en el equipo, como era de esperarse, fue aceptado de inmediato.

Llegó a casa, o a lo único que podía llamar casa y entró dejando su mochila en el suelo de la entrada, iba a ir a su habitación hasta que escuchó un sonido que ponía sus pelos de punta.

-Hijito...- era su madre, tan ebria y drogada como siempre -¿Porqué viniste?

-Ah... mamá... y-yo acabo de llegar del colegio... y-ya sabes...

-¿Porqué naciste?- y Sunoo tragó saliva.

-Mamá... i-iré a mi habitación.

-¡Te estoy hablando!- agarró un florero pequeño y se lo lanzó a Sunoo, provocando un corte en su pierna -¿Cómo te atreves a ignorar a tu madre?- se acercó peligrosamente a Sunoo quien sentía la sangre empezar a gotear en sus piernas -No sirves ni para hacer puto dinero, mierda, solo eres un maldito gasto.

Sunoo se quedó callado.

-Anda, ve a tu puta habitación- sujetó su pelo y lo empujó contra la pared, después de eso, solamente se fue.

Al menos esta vez solo fue el florero.


































Otro fic funable, ya tenía ganas de hacer un Sunoo enojón y problemático ¿ustedes no?




















Cami~

HERO - SunKi♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora