La noche paso increíble para Sarah y sus amigas, incluida Emily, quien a pesar de no haber podido tomar alcohol, se divirtió a su manera.
La despedida terminó entre risas y llantos, de emoción por la boda y por el bebé que viene en camino.
Pero llego la hora de volver a casa y Sarah está demasiado ebria, apenas puede mantenerse en pie y los hombres ya se habían retirado, solo quedan Lucas y Emily para llevarla, sin embargo, cuando llega a ese estado se pone muy terca y su amiga no puede controlarla:
-Sarah, hacía mucho tiempo que no te veía así -exclama Emily, sorprendida ante su estado.
-No te preocupes, Emi, estoy perfectamente bien, puedo tomar un taxi -contesta, intentando disimular su malestar.
-Estás loca si piensas que te dejaré ir sola en un taxi, en ese estado, sube al auto, vienes con nosotros.
-No, claro que no, ustedes son una pareja y tienen que estar solos y amarse mucho -acota acercándose a ellos y abrazándolos con amor, sin dudas está muy ebria, piensa Emily, jamás su amiga es tan cariñosa en estado normal.
-Sarah, no seas terca, no puedes irte sola... pero tranquila lo solucionaré -Emily se aleja de ellos y toma el celular en sus manos para llamar a Daniel. Sin pensarlo ni un minuto y aunque estaba durmiendo, se levanta de un tirón y va por Sarah.
Minutos después, Daniel aparece frente a ellos, viendo a Sarah en un estado deplorable, preocupado, se acerca a ella y la toma en sus brazos:
-Perdón por la demora...
-¿Y tú que haces aquí? -pregunta sorprendida.
-Vine por ti-responde animado, le parece a ella o Daniel está disfrutando del momento.
-No te necesito, puedo tomar un taxi-Sarah se suelta de los brazos de Daniel y tambaleándose, se acerca a la calle para parar un vehículo e irse a casa, pero este la detiene cuando un auto pasa cerca de ella.
-Sarah... ¿Te has vuelto loca? Por poco ese auto te arrolla.
-Déjame en paz, Daniel, solo lárgate...
-Vámonos-enojado, la toma del brazo con fuerza, para que no pueda soltarse -la llevaré a casa, Lucas cuida a Emily.
-No te preocupes, Daniel-exclama su cuñado.
-¡Suéltame, me haces daño! -grita Sarah, enojada.
-Te soltaré cuando estemos en el auto, si no te escaparás otra vez-una vez en el vehículo, Daniel la ubica en el asiento, le pone el cinturón de seguridad y las trabas a la puerta, por si intenta arrojarse cuando estén en movimiento, algo que Sarah haría, sin dudas y más en este estado-lamento si te hice daño, pero es la única forma de ponerte a salvo.
-Hubiese preferido que Emi llame a Felipe, no sé por qué te llamo a ti.
-Porque soy su hermano y tu su mejor amiga, sabe que nadie podría cuidarte mejor que yo. ¿De verdad hubieses preferido a Felipe? Me hieres-exclama divertido.
-No sé por qué te divierte esta situación-acota furiosa.
-Porque jamás te vi perder la cordura como esta noche, primero cuando Alice estaba encima de mí y ahora... ¿Por qué te has puesto en este estado? Jamás te vi tomar de esta manera, ¿qué te pasa?
-Nada que te importe-responde muy grosera, mirando por la ventana.
-Todo de ti me importa... ¿Tanto te duele estar en este lugar? -pregunta preocupado.
-No sé a qué te refieres.
-Este lugar, esta ciudad... Hace once años te fuiste, sin dar ninguna explicación y ahora regresas para la boda de Emily y mira como te pones... ¿O será que es por mi culpa?
-¿Tu culpa? Por favor... No seas tan egocéntrico, el mundo no gira alrededor tuyo.
-Ya lo sé y no es porque sea egocéntrico, puedo verlo, Sarah... Lo veo en tus ojos y por más que intentes negarlo... Me deseas igual que yo te deseo a ti.
-Mira Daniel, no estoy lo suficientemente cuerda para tener una conversación contigo en este momento y de este tema... Pero te recuerdo muy bien que fuiste tú el que me rechazo-exclama, recordando lo sucedido la otra noche.
-Tienes razón; sin embargo, no significa que no te desee, solo lo hice por la ceremonia de mi hermana, después de ella tú y yo hablaremos.
-Después de la boda volveré a la ciudad.
-Volverás... Pero no, sin antes, hablar conmigo.
Minutos más tarde, ambos llegan a la casa de los Harrison, sin embargo, al bajar, Daniel se da cuenta de que Sarah se ha quedado dormida y a pesar de intentar despertarla, no tiene éxito, por lo que la toma en sus brazos y la lleva hasta la habitación, sorprendiéndose de la liviandad de su cuerpo.
Una vez en el lugar, desarma la cama y la acomoda en ella. Está por salir e irse a su cuarto, cuando Sarah lo toma del brazo:
-No te vayas... Quédate conmigo -exclama con lágrimas en los ojos, sorprendiéndolo de tal manera, que se acerca a ella y la abraza con ternura, acariciando su cabello.
-Si tan solo pudieras abrirte conmigo... Sarah... podrías sacar todo ese dolor que te está matando.
-No puedo hacerlo, Daniel, aún no estoy preparada...
-Está bien, bonita, lamento haberte presionado, no volveré a hacerlo.
-Me llamaste bonita-exclama sorprendida, así la llamaba cuando eran unos adolescentes enamorados.
-Sí, lo hice... Ahora tienes que descansar, así que acuéstate que mañana tenemos mucho trabajo que hacer.
-Mañana es el último día de preparativos, pasado mañana es la boda.
-Así es... Por eso debes descansar y estar repuesta, hace días que duermes mal.
-¿Te has dado cuenta? -pregunta sorprendida y es la verdad, desde que ha regresado a este lugar no ha vuelto a dormir horas de corridas, los recuerdos la atormentan ni bien cierra los ojos.
-Sarah... Me doy cuenta de todo lo que te pasa -confiesa Daniel mirándola a los ojos, tomando su mano entre las suyas, entrelazando sus dedos.
-Eres muy observador...
-No lo soy, solo me preocupas, puedo ver que estás sufriendo y necesito hacer algo para ayudarte.
-Si quieres ayudarme... Quédate esta noche conmigo... Solo así... Podré dormir tranquila.
-Sarah...
-No preguntes, por favor, quizás algún día tenga el valor de hacerlo. Ahora no puedo.
-Tranquila, no volveré a presionarte -exclama acariciando su mejilla con dulzura, Sarah cierra sus ojos, disfrutando del contacto de sus dedos sobre su piel, pero nunca espero que él le diera un tierno beso en los labios, al que, por supuesto, ella también respondió, sin embargo, Daniel detiene el beso, vuelve a acostar a Sarah y él se acomoda detrás de ella, abrazándola por la espalda-no lo tomes como un rechazo... Juro que deseo con toda mi alma hacerte el amor, pero no en estas condiciones, quiero que estés lúcida-sin embargo, no recibió respuesta alguna, ya que Sarah se quedó profundamente dormida, entre sus brazos, como hacía días no lo hacía.
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El odioso hermano de la novia.
RomanceDos personas que dejaron de verse hace muchos años. Dos personas que se odian desde que el mundo es mundo... Y al reencontrarse se dan cuenta de que ese odio sigue latente... Pero... ¿Sabrán que del odio al amor hay solo un paso? ...