Sweet Creature

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Martin se sentía pletórico encima del escenario, sobre todo si su público eran más de diez mil personas.

—Antes de irme, me gustaría hacer algo, que no suele ocurrir en mis conciertos, pero bueno. Estoy seguro de que todos conocéis esta canción, y si no lo hacéis, escuchad atentamente.—

Los primeros acordes de Sweet Creature de Harry Styles comienzan a resonar por el recinto, que pronto se opaca con los gritos de sus fans, que reconocieron de inmediato el tema. Martin sonríe.

Backstage, Juanjo llora.
Sujeta a su hijo y lo aferra a su pecho.

Hoy te tengo una sorpresa en el concierto. Créeme que te va a gustar.—

Recuerda estas palabras que su marido le dijo en su casa, minutos antes de salir en dirección Wizink Center. Permanece atento durante toda la canción, notando las lágrimas correr por sus mejillas, disfrutando de la canción que les estaba dedicando, tanto a él como a Eric.

La recuerdan con cariño porque, cuando su hijo había llegado recientemente a sus vidas, la solía cantar para calmarle.

Ni siquiera se da cuenta de cuando acaba, tan sumamente metido en sus pensamientos.

—Esta ha sido por los amores de mi vida. Un regalito extra. Os quiero mucho Madrid. Hasta siempre.— se oía de fondo en el camerino de artistas.

Dos minutos después, la puerta se abre, y la imagen de Martin se deja ver.
Juanjo, que está intentando hacer reír a Eric, levanta la cabeza y cruzan miradas.
El rostro del mayor está decorado con una sonrisa de lado a lado.

—Te dije que te iba a gustar.—
—Me has hecho llorar, tonto.—

Se acerca lentamente a él y acaricia su mejilla, dejando un dulce beso en sus labios, que el otro recibe sin rechistar, sonriendo entre medias de este.

—¿Y qué tal mi bebé?—

Martin baja la mirada a su hijo, que está completamente embobado observando a sus padres, con una baba a medio caer. El vasco se ríe al encontrarse con esta estampa y coge a Eric, dejando besos en su mejilla seguidamente mientras el bebé cierra los ojos, y se coloca apoyando la cabeza en el hombro de su padre.

—La parte que más me ha gustado ha sido el final, cuando has dicho lo de la dedicatoria.—

—No sé para quién puede ser, la verdad.—

Juanjo se ríe ante el comentario y se levanta del sillón, recogiendo las pocas cosas que habían llevado y tapando bien con una chaqueta a su hijo, pues ellos podían pasar todo el frío del mundo, pero Eric tenía que estar siempre bien cuidado.
Iban a salir directamente del garaje del Wizink, pero aún así hacía algo de viento que chocaba directamente contra ellos.

Nada más llegar a su casa, Martin fue directo a la ducha, necesitaba calentarse un poco además de relajarse, y la lluvia artificial hacía efecto.

Por otro lado, Juanjo intenta dormir a su hijo, pero por más que le cante, le mueva de un lado a otro, sus ojos estaban más abiertos que nunca.

Cuando la puerta del baño se abre, dejando ver a Martin con una toalla alrededor de la cintura Eric empieza a removerse contento en los brazos de su padre.

—¿Quieres ir con papi?—

Eric mueve los brazos de arriba a abajo en respuesta y Martin suelta una carcajada.
Extiende los brazos y coge a su hijo, que se agarra a su cuello. El vasco deja besos sobre su frente y sus grandes mejillas. Eric levanta la mirada para ver a su padre y se deja caer en su cara, simulando un beso. Esta vez se ríen los dos mientras su hijo se apoya en el hombro de su padre, con la cabeza mirando a Juanjo.

Ahí entendió que no había podido dormirle porque, en ese momento, solo podía hacerlo Martin, había estado tanto tiempo separado de él que solo necesitaba un cálido abrazo de su padre.

Juanjo observa como la respiración de Eric se hace cada vez más pesada, y sus ojos luchaban por quedarse abiertos, hasta que no lo hicieron, y su hijo dormía plácidamente en el hombro de Martin.

—Ya se ha dormido.— dijo Juanjo en un susurro.

Martin le dejó cuidadosamente en su cuna y salieron de la habitación.

El vasco se dejó caer en la cama, suspirando cuando su espalda chocó con el colchón.

—¿Quieres que te ponga el pijama amor?—

Martin asintió y dejó que su marido le quitara la toalla y le vistiera. En cualquier otra circunstancia, habrían acabado la noche entre gemidos, pero por el momento, lo dejarían para otro día.

—No he podido decírtelo antes, pero has estado espectacular, bueno, siempre lo estás, pero hoy ha sido otro nivel.— habló Juanjo mientras se metían los dos en la cama, abrazándose.

—Gracias mi amor.—

—Te amo, Eric y tú sois lo mejor que tengo en la vida.—

holiiiiiiiiii. aquí os dejo un capítulo con Eric mientras me voy a escribir algo para la otra historia, espero que os gusteeee.

votad, comentad y disfrutad!!!!!

os quierooooo 🤍🤍

One Shots Juantin | KID FICSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora