One Shot Vikingos

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El dominio vikingo sobre las tierras cristianas se extendía sobre todas las direcciones, y la mayoría de los pueblos nórdicos, al compartir la misma ambición, solían unirse, formando un solo pueblo con el cual expandir su alcance y poder.

En una de esas uniones, dos pueblos vikingos, uno de Noruega y uno de Dinamarca, unieron fuerza, pero también unieron el camino de dos almas gemelas que estaban destinadas a estar juntas.

La primera vez que estas almas cruzaron miradas, fue durante su migración a una tierra en la que establecerse como un solo pueblo, y su conexión, manifestada en un escalofrío que los hizo temblar, los forzó a detenerse en el camino, por lo que ambos pudieron contemplarse detenidamente.

Por sus prendas y artilugios que cargaban supieron identificar el rol que desenvolvían, pero no fue hasta que sus ojos se conectaron que descubrieron cual era el rol que tenía el otro en su vida, y cuando lo supieron, sus corazones latieron desenfrenados por ello, casi intentando salir de sus pechos con el fin de encontrarse con el otro como estaba pactado en su destino. Pero ese destino, a fin de suceder, tenía que tener un mayor desarrollo, por lo que el herrero de cabello colorado, se limitó a sonreírle al guerrero frente a él, quien nervioso, apartó su mirada y siguió su camino, en el cual le daba esporádicas miradas al de cabello naranja con las que "vigilaba" al hermoso danés por el cual quedó irremediablemente flechado.

Este último, cuando se definió la ubicación del pueblo, comenzó a trabajar junto a los demás herreros para arreglar las armas de los guerreros y militares, y en cada una de las oportunidades que tenía para ver al más joven y mano derecha del jefe, se encargaba de sacarle algunas palabras, pero como no era posible de otra manera, el destino puso a prueba su perseverancia con un hombre que era más de batalla que de palabras.

Por su parte, aquel hombre de batalla, cada vez que veía al colorado, se enfrentaba a si mismo, pues nunca fue muy devoto a comunicar sus sentimientos al ser más un hombre que debía hacer la guerra y no el amor. Pero si no los podía comunicar de la manera convencional a causa de su alexitimia, lo haría con gestos, lo cual resultó ser más fácil para él, pues descubrió que era muy bueno en ello al ser más pasional que mental.

Por eso mismo, fue él quien se atrevió a unir sus labios con los contrario en una de sus escapadas nocturnas, y... Ciertamente fue romántico. Él, victima de sus impulsos pasionales y sentimientos de amor en un estado ya incapaz de reprimirlos más; el cuerpo de su enamorado aprisionado entre el suyo y el tronco de un antiguo roble, y la sorpresiva muestra de amor en la que sus labios bailaban que tanto habían deseado sentir desde que cruzaron miradas por primera vez.

Desde ese momento la unión entre los amantes se intensificó, y con cada roce, cada beso, cada mirada que cruzaban o incluso estando cerca, sus almas se buscaban, y ellos lo sabían, pues sentían como algo tiraba de sus cuerpos hacia donde estaba el otro, tiraban hacia su encuentro debido a esa necesidad de estar con el otro. Debido a esa necesidad de sentirse.

Ahora, aquel tironeo era más fuerte y hasta trascendía de una necesidad a un deseo después de un mes de expediciones en los que todo su ser enamorado del otro, se removían inquieto por su ausencia, o más bien, por la espera del otro, que por fin había terminado.

Hasta entonces, todo el pueblo se enteró de su cortejo, celebrándolo y hasta vitoreando que sus culturas se unieran en ellos, así como en muchas otras parejas. Celebrando como era que a pesar de tener costumbre y tradiciones distintas, seguían compartiendo hasta los actos más simbólicos en un cortejo típico de su tierra, siendo estas el intercambio de sus abrigos de pieles o la reparación de la mejor arma de su amante y así mismo, sus significado más profundos que calaron los corazones de ambos amantes que amenazaron con derretirse por ellos.

"Te otorgo mi tapado, para que sepas que a pesar de la distancia, prometo volver a ti, protegerte y estar contigo hasta el último momento" Le dijo el noruego al colorado, cuando retiró sus pieles marrones para intercambiarlas por la suya que más tarde acomodó sobre los hombros del danés en aquel primer día de otoño que compartieron juntos en su cortejo.

Once In a Blue Moon Another World | Douxie x MaleOCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora