Once In a Blue Moon Another World | Douxie x MaleOC

One Shot Príncipes Omegaverse P2

El cap de hoy es una continuación del anterior, por ende tiene las mismas "condiciones" y características que ese. Disfruten <3

En otro lado del castillo, la madrastra del mencionado le preguntaba al mismo cuáles habían sido sus avances para asegurar su puesto en la corte. No paraba de insistir acerca de todos los detalles posibles como cada vez que volvía de sus encuentros. Miradas del príncipe, amagues, movimientos, palabras. Todo lo quería. 
Él no entendía. Ya estaba firmado el acuerdo de su matrimonio y por ende ya tenía un puesto ¿Qué más quería la mujer de su padre entonces? Iba a casarse, tener sus actividades maritales, lo marcarían, tendría un lazo y seguro también cachorros ¿Qué más hacía falta? ¿Amor verdadero?. 

Andrew reprimió un suspiro agotado. No creía poder conseguirlo. No le daba al príncipe lo que él quería para ello y al parecer tampoco le daba eso a su madrastra. 

—¡No alcanza, no eres suficiente!— Espetó la omega en un chillido histérico. Miles de esquirlas se clavaron en el corazón del cobrizo, quien en respuesta a ello oyó como su lobo gimoteaba dolido y quiso imitarlo. 

—Pero yo no hice más de lo que me dijiste— Intentó defenderse el más joven mientras iba detrás de la fémina. Esta, se volteó abrupta con un gesto severo. 

—¿Seguro? Tienes una marcada tendencia a decir y hacer cosas cuando no las debes. 

—Pero estoy diciendo la verdad— Insistió de nuevo el omega. Con todas sus fuerzas intentó que su voz no temblara, pero sus ojos vidriosos y el nudo en su garganta no ayudaban en ello. 

—Y yo no te creo. Han pasado dos semanas desde que se conocieron y aún no hay fecha para la boda— Le reprochó exasperada la mujer con su ceño fruncido. Con una de sus manos enguantadas señaló al más joven dirigiéndose a él con un semblante que estaba de más decir que lo juzgaba. 

—Algo estás haciendo mal y no te excuses con que el príncipe pidió más tiempo ¡Seguro que eso tiene que ver con que no estás haciendo lo que tienes que hacer para gustarle!— El grito histérico resonó en la habitación. Muestras del estado de la fémina, era su cabello antes impecable que ahora se estaba deshaciendo de a mechones desordenados y pelos rebeldes que escapaban de su recogido.

Más relajada tras ese grito que le quitó una lágrima al pecoso, la mujer recuperó la compostura. Como si lo que pasó antes no hubiese tenido lugar, la omega se subió los guantes, acomodó sus prendas e hizo un intento en vano por acomodar su recogido. Parecía con ello ignorar el aroma casi nulo del joven a causa de lo oculto que estaba su lobo.

—Pero si lo estoy haciendo— Reafirmó en vano el cobrizo con un penoso hilo de voz.

—Si fuese así ya estarías preñado y yo no te veo siquiera intentándolo— Y acto seguido, la mujer abandonó la habitación con un portazo.

Tras el estruendo, la habitación se llenó de silencio mientras las lágrimas brillaban al borde de los ojos del cobrizo. Él adoraba el silencio producto de su soledad que encontraba en la alcoba de su castillo. Le daba pie a poder esconderse de los otros. Ahora ese silencio que lo acompañaba y las pocas velas que iluminaban de manera tenue su aposento, lo ahogaba.

No se veía en posición de continuar siendo perfecto para nadie. Siquiera para él mismo, por lo que al borde de desatar un nuevo llanto, buscó su amplia cama, lugar a donde planeaba reposar en su melancolía que consumía su cuerpo y a su lobo.
De pie, aunque un poco débil, se dirigió allí entre sollozos, deseando poder esconderse como lo hacía su lado animal. Sin embargo, su pesar fue interrumpido, o intensificado, por un delicado golpeteo en su puerta que lo hizo cerrar los ojos deseando que ese sonido no fuese real. Mientras tanto, un par de lágrimas rodaban por su piel.