Once In a Blue Moon Another World | Douxie x MaleOC

Año Nuevo

La fiesta de año nuevo estaba siendo fenomenal. La música sonaba alto, la gente bailaba en la pista mientras las luces de colores los alumbraba y hacía lucir sus prendas elegidas especialmente para esa noche. Los vasos con alcohol estaban en las manos de los jóvenes, en las mesas de ping-pong, en el suelo y en el césped del patio en donde continuaba la fiesta. Todos disfrutaban de la última noche de ese 2024.

A su manera en realidad, porque mientras todos estaban eufóricos y desperdigados por la gran mansión en la que festejaban ese último del año, Andrew estaba refugiado en uno de los baños de la última planta, sentado sobre una lavadora, con un vaso de alcohol aun lleno en su mano. Reflexionaba sobre todo lo que había sucedido en ese año, o en toda su vida durante la secundaria.

Estaba tan sumergido en su infortunado carrusel de pensamientos, que se sorprendió cuando la puerta repentinamente se abrió, interrumpiendo su aislamiento.

Aquel que ingresó no era más que un chico de su clase. El arquetipo de chico despreocupado, bromista y que a pesar de ello le iba bien en clase. Un vago afortunado decían algunos, pero en realidad, Andrew lo admiraba, pues a él le gustaría ser un poco más como él. No preocuparse, o mejor dicho, perseguirse con ser perfecto, saber cómo comportarse en ambientes que no eran los suyos como ese del que se había escabullido... él quería vivir más a su antojo y no al de los demás.

— Diablos, esto no se va a-... hey— Se interrumpió él mismo al notar la parecencia del colorado. Una sonrisa se dibujo en sus labios, y sus hoyuelos salieron a pasear —Tu y yo estamos juntos en algunas clases.

Andrew no contestó. No sabía muy buen cómo si se trataba del azabache. No tenía una máscara para él, por lo cual se limitó a asentir levemente bajo aquellos ojos miel que lo observaban inquisidores.

—¿Y que haces aquí? ¿De quien te escondes?— Douxie lazó pregunta tras pregunta, como si la situación hubiese sido cosa de todos los días. Tal vez para él podía serlo, pero Andrew se mostró aun escéptico, a lo cual el más joven no se dio por vencido —Pareces pensativo, pero no pensativo para bien— Indicó sin pelos en la lengua, algo característico en él. Ser directo no funcionaba, pues Andrew aun se mantenía callado, por lo que suspiró derrotado ante su inflexibilidad, y se posicionó frente al de pecas de brazos cruzados —Quieres... ¿Quieres hablar de lo que te sucede?

La pregunta interpeló al colorado, quien evitó los ahora ojos inspectores del contrario. Quería hacerlo; hablar. Pero... su venenosos instinto de "Yo puedo solo" lo ponía en conflicto. Sin embargo, ahí estaba de nuevo aquel azabache, con su gesto inquisitivo y hasta comprensivo.

—Hablar siempre es mejor. Y si no puedes cargar con un secreto tuyo, contárselo a otro hace más llevadera esa carga.

La crisis de Andrew se agudizó, y soltando todo el aire que no sabía que estaba reteniendo, se decidió.

—Solo— Musitó bajo, buscando la elección de palabras correctas. Otra vez suspiró vencido, sintiendo cómo el de hebras índigos ahora se sentaba a su lado mostrándose preocupado —... Pensaba en lo monótona que fue mi vida en los últimos años.

Lo dicho, tomó por sorpresa al otro presente. Él no esperaba tan profundo pensamiento en ese momento, aunque debía imaginarlo por la época del año o tal vez los efectos del alcohol.

—¿Me veo de esa manera?—le preguntó lastimero el colorado, a pesar de que sabía la respuesta.

Douxie dudó unos instantes sobre si contestar, pero al final hizo un ademán con su mano de mas o menos, que acompañó con una mueca que no ayudó mucho a como el pecoso sobrellevaba la situación.

—Ey, pero no te pongas mal— Busco rescatar la situación el más joven —Nos queda mucho tiempo en nuestras vidas aun.

—Si pero... nunca más volveré a tener 18, y-y quiero vivir lo que vive alguien de 18 antes de que la vida se me venga encima— Enarcando una ceja extrañado, Douxie sorbió del vaso que antes sostenía el pecoso.