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Silencio. Eso era todo lo que Ramón escuchaba.

La fiesta habia terminado hace ya unas horas. De hecho, la fiesta no duró mucho, para sorpresa de todos los trolls del Pop. Aquel troll a quien iba dirigida la fiesta de bienvenida se sintió cansado, por lo que después de despedirse y agradecer por la cálida bienvenida, se fue.

Pudieron haber seguido disfrutando de la música y la comida, pero sin el troll al que festejarle su llegada, ¿para qué seguirían? No todos pensaban así, si por ellos fuera, seguirían festejando aún sin tener algo por lo que festejar. Pero Poppy dio por finalizada la fiesta diciendo que ya era bastante tarde y que mañana podrían seguir cantando, abrazando y festejando a los demás.

Después de escuchar eso de su amiga, Ramón simplemente se fue hacia su bunker, por lo que no supo que sucedió después de eso; si siguieron festejando o no, solo sabía que había un silencio ensordecedor y le sorprendía un poco que fuera así, ya que ni siquiera estaba dentro de su bunker. Era como si simplemente todos los trolls hubieran desaparecido. Un silencio casi aterrador, claro, para cualquiera que no fuera Ramón.

Si bien tanto silencio se le hacia extraño, él disfrutaba de la calma. Por lo que, decidió ignorar lo raro que era, pensando que simplemente se debía a que ya eran altas horas de la noche.
Se recostó en el suelo, mirando el cielo estrellado, tratando de no pensar en nada y solo apreciar la belleza del cielo oscuro y las estrellas brillantes.

Pero aún intentándolo, no pudo evitar que sus pensamientos lo llevaran nuevamente al recuerdo del rechazo que aquella chica que amaba le habia dado.

Bufó, molesto con sus propios pensamientos que le hacían recordar lo que pasó. Sabía que volvería a pensar en eso, la noche se había vuelto su mayor tormento después de ser rechazado. Pues esas eran las horas en las que no tenía nada que hacer, nada más que ser consumido por su mente.

Una presión dolorosa se posicionó en su pecho apenas al instante en el que pensó en eso.

Le dolía. Le dolía tener que actuar como si no le doliera la forma en que lo rechazó, le dolía tener que actuar como si simplemente no le hubiera dicho a Poppy sus sentimientos por ella.

¿Volvería a ser gris? No. Él sabía que no era más que un dolor momentáneo, habia pasado por cosas mucho peores.

Pero aún así, no le quitaba lo doloroso.

Con el ánimo bastante bajo, sus ojos empezaron a sentirse pesados. No solía dormir fuera de su bunker, su lugar seguro, literalmente, pero su cuerpo se sintió pesado y simplemente terminó quedándose dormido, no sin antes que su último pensamiento fuera aquello que parecía ser el único que lo notó.

El brillo antinatural que tuvieron los ojos del troll que decía ser capaz de curarlo todo.


.  .  .

Sentía algo... húmedo en su cara y escuchaba una risa bastante conocida a su lado. Fue despertando de a poco para finalmente ver a su mejor amiga, Poppy, junto a Diamantito; quien tenía un lápiz en la mano y que al igual que la rosada, se encontraba riendo.

Poppy dejó de reírse cuando notó que su amigo durmiente finalmente había despertado.

Ramón llevo una de sus manos a su rostro, restregandolo un poco para después ver que su mano quedó manchada de negro, el mismo color del lápiz que Diamantito tenía en su mano.

— Poppy... — Dijo a modo de queja el de tonos azules.

La reina de los Pop le ofreció a el recién despertado un pañuelo con el que limpiarse después de verlo funcir el ceño y quejarse, molesto. El chico recibió el objeto con el que podía limpiarse de manera algo brusca.

Consulta médica | Ramón x Male reader - Trolls Donde viven las historias. Descúbrelo ahora