[2] Paid In Full: [ Chestappen/Perstappen ]

Capítulo X

Sergio Pérez

"¿Qué hiciste mientras yo no estaba?"

Pensé en los días interminables y miré hacia la puerta principal. ¿Cuántas veces me había sentado allí esperando que Max volviera a casa?

"¿Te masturbaste?"

"¿Qué?" Salté de la mesa, asegurándome de empujar mi silla antes de seguirlo a la sala de estar. "¿Como supiste?"

Max se río. "Fue una maldita broma". Me miró fijamente y yo hice todo lo que estaba en mi poder para evitar mirarlo a los ojos.

"Espera un maldito minuto. ¿Acaso tú?"

¿Por qué quería hablar de mi pene y de lo que hice con él? "Charles dijo que estabas muy ocupado con el trabajo, ¿ya terminaste?" ¿O te irás de nuevo?

Max se dejó caer en el sofá. Me quedé allí de pie, torpemente, sin saber qué debía hacer.

"El trabajo nunca se termina".

"Oh." Fue todo lo que pude reunir ante mi ansiedad. Me quedaría solo otra vez. Debería haberme acostumbrado, pero nunca fue más fácil. "La próxima vez, te prepararé algo de comer cuando regreses". Retrocedí unos pasos mientras se me hacía un nudo en el estómago. "Estás cansado, ¿verdad? Debería empezar tu ducha".

"Sergio, ven a sentarte".

Me deslicé en la única silla.

"No te voy a comer", gruñó Max.

No había garantía de que eso no sucedería. Yo era mucho más pequeño que Max y estaba bastante seguro de que si dependía de él o de mí, me comería con kétchup o algo así. "Yo sé eso."

"Entonces, ¿por qué diablos estás hasta allí?"

Me encogí de hombros y aparté la mirada de él. "Quizás me guste estar aquí".

Max suspiró y yo instantáneamente me levanté y me acerqué al sofá. Lo último que quería era que se fuera porque estaba molesto conmigo.

"¿Decidiste acercarte después de todo?"

Me encogí de hombros.

"Tienes algunos problemas serios, niño, ¿lo sabías?"

Le arqueé una ceja. ¿Se había mirado en el espejo últimamente?

Max frunció el ceño y arqueó sus espesas cejas. "¿Qué? ¿Tienes algo que decir?

"No", salí corriendo y me alejé.

Max me siguió. Cada centímetro que me alejaba, él se acercaba a mí, cerrando la brecha entre nosotros. Mi respiración se aceleró cuando mi espalda golpeó el brazo del sofá, sin dejar más espacio para escapar.