[2] Paid In Full: [ Chestappen/Perstappen ]

Capítulo XIII

Max Verstappen

"¿Qué está haciendo él aquí?"

Le puse los ojos en blanco a Charles mientras caminaba por el pasillo de nuestro edificio de oficinas. Normalmente, la base era el club, pero hoy no. Había llegado el momento de salir del sofocante bloque profesional. Lástima, prefería un lugar donde pudiera tomar una copa fuerte y coquetear.

Mis ojos se movieron sobre mi hombro. Sergio lo siguió, mirando todo. Se apresuró a seguir el ritmo. Gruñí. Bien, no puedo andar coqueteando con el cachorrito. Pidió que fuera uno a uno.

Eso todavía era muy extraño para mí. ¿Por qué sólo querría que me acostara con él? En todo caso, estaba a su favor querer que me follara a otra persona. Al menos no todo dependería de él. Aunque, según su resistencia, eso no sería un problema.

Quizás sea avaricia. Si me mantiene para él solo, podrá alejarse de mí mucho más rápido.

Tan pronto como pensé eso, mi estómago se apretó y una sensación de náusea subió por mi garganta. Instantáneamente recordé esta mañana, abrazada al trono de porcelana mientras oraba a cada santo de memoria para que me librara del mal de la langosta.

"Max", gruñó Charles.

"Odia estar solo", dije, agitando una mano. "Lo único que tengo que hacer hoy es esa aburrida mierda administrativa". Me detuve. "Pero déjame decirte algo. Si alguna vez vienes a mi casa y tratas de envenenarme otra vez...

"¿De qué estás hablando?" Suspiró exasperado.

"¿De qué estoy hablando? ¡Um, vomité tan fuerte que me duele la garganta! Explote. "¿Qué diablos le hicieron ustedes dos a esa comida? Siento que fue hecho a propósito. Si quieres matarme, al menos dispárame en la puta cara".

Charles parpadeó. "Seguimos la receta".

Levanté las manos. "¡Eso es lo que ambos siguen diciendo!"

"Lo hicimos", añadió Sergio. "Cada paso."

"Deja de hablar antes de que les vomité a todos", murmuré, entrando a mi oficina. Me moví detrás del escritorio y me dejé caer. "No entres a mi maldita casa", le dije a Charles.

"Cuida de él, y lo haré", dijo, asintiendo con la cabeza hacia Sergio.

"Estoy haciendo eso", respondí con los dientes apretados. "Pero tampoco quiero morir la próxima vez que tenga que trabajar".

Charles me miró fijamente. "Eres un desagradecido".

"¡Estoy agradecido a mi baño por apoyarme siempre!" Le grité mientras cerraba mi puerta. Sacudiendo la cabeza, encendí mi computadora. Mis ojos se posaron en Sergio, que estaba parado frente a mí, saltando de un pie al otro. "¿Quieres sentarte? No tienes que esperar a que te lo digan".