𝘙𝘐𝘝𝘈𝘓𝘌𝘚 [𝘔𝘐𝘓𝘒𝘓𝘖𝘝𝘌]

𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘥𝘪𝘦𝘤𝘪𝘰𝘤𝘩𝘰

El primer día habían hecho muchas actividades: aprendieron a hacer fogatas, manualidades, pescar e hicieron un círculo alrededor de una fogata. Milk había pasado todo el día con Love, para la alegría de ella, ya que le habían colocado en su grupo de expedición, junto con Emi, otra vez. Así que mientras las tres andaban por el sendero, estaban dando una caminata con el resto del grupo, podía observarla todo el tiempo que quisiera.

Emi charlaba con ella, pero Milk no le prestaba la gran atención, y cada vez que Emi parecía querer tocar a Milk, la castaña llamaba a la chica para que fuera adelante con ella.

Milk pensaba que era debido a que Love no quería estar con ella, eso la deprimió, pero volvió a estar feliz cuando tuvieron que agarrarse de la mano, para cruzar el río sin caerse. La mano de Love era cálida y su piel extremadamente suave, sintió un choque eléctrico recorrerle todo el cuerpo cuando la tomó, fue una lástima que tuvieran que soltarse al llegar a la orilla.

— Me duelen los pies. — dijo Emi al rato, los otros grupos estaban unos pasos más adelante.

Milk había notado las miradas desaprobatorias de sus amigas, cada vez que la pillaban mirando a Love. Había intentado evadirlas cuando tuvieron que cruzar el río, ya que sospechaba que más tarde la reñirían por mostrarse como una boba al agarrar la mano de Love.

— Podría cargarte. — ofreció Milk y por un momento la castaña delante de ellas les prestó atención, ladeando la cabeza para escuchar mejor. Emi sonrió a Milk—. Pero ya que a mí también me duelen las piernas, no lo haré.

— ¡Oh, vamos! — dijo dándole un golpecito juguetón en el hombro, Love bufó.

— Dejen de hacer el tonto. El grupo nos está dejando atrás, fenómeno. — dijo y se fue unos pasos lejos de ellas, avanzando, y las dos chicas se apresuraron a alcanzarla.

Al llegar a la cascada todos quedaron impresionados, caía sobre unas rocas enormes y el agua parecía transparente. El profesor pidió a los estudiantes no perderse entre el bosque y que nadaran con precaución. Milk recordó haber visto el bañador celeste de Love por debajo de su camiseta blanca. El corazón se le aceleró, la vería casi desnuda (casi, ya que la castaña tendría su bañador) pero, sintió como las manos de su amiga la jalaban y la llevaban a un lugar más apartado.

— Ni creas que vamos a dejar que pases el ridículo allí, mientras miras a esa perra. — le dijo Becky y Tontawan asintió.

— ¿De-de qué hablan? — preguntó, nerviosa.

— Hablamos de que aún no se había quitado la ropa y ya estabas babeando. — le retó Tontawan  Milk se impresionó, le habían dado justo en el clavo.

— Yo no estaba haciendo eso.

— ¡Claro! No planeabas quedártele mirando mientras se desvestía,
¿verdad? — preguntó Becky, sarcásticamente, y Milk se sonrojó.