And I chose you
The one I was dancin' with
In New York, no shoes
Looked up at the sky and it wasLa mañana siguiente había traído un sin fin de preocupaciones, sin embargo la ausencia de Chishiya a su lado en la cama le quitaba de los hombros una preocupación inmediata.
Dejando de lado aquella conversación con el rubio que deseaba a toda costa retrasar, también estaba el hecho de que le quedaba poco tiempo de visa y la lesión en el hombro la volvía prácticamente inútil para cualquier juego que requiriera algún tipo de fuerza física por su parte.Se quejó bajito mientras se revolvía en las sábanas desordenadas de la cama, recordaba claramente el sentimiento de los brazos de Chishiya rodearla durante la noche y el aliento del chico en su cuello; sus mejillas tomaron un tono carmesí ante aquel recuerdo y decidió que era momento de levantarse.
Cómo parte de su plan era evitar a Chishiya, prefería no buscar a Kuina por lo que su siguiente opción eran Usagi y Arisu.Se levantó, acomodándose el bikini rosado correctamente y cubriéndose con la sudadera del rubio antes de salir de ahí. Se dispuso a vagar como una tonta por todo el edificio hasta encontrar a Arisu, era su única opción ya que desconocía completamente en qué habitación podría estar o incluso si estaría ahí.
Camino por los pasillos hasta que dió con el vestíbulo, un área ya conocida para ella, después de buscar un rato dentro de las instalaciones se decidió por salir al jardín; había pocas personas por el lugar y suponía que la mayoría se estaría recuperando de la resaca en sus propias habitaciones. La brisa matutina le dejaba saber que todavía era temprano, eso sumado a la poca gente que concurría los lugares por los que pasaba y la falta de música o la característica fiesta casi eterna de la playa.Al doblar en una esquina de un edificio, se movilizó hacia la parte trasera de este y ahí milagrosamente se encontró a Arisu.
⸻ ¿Qué haces aquí? ⸻ le cuestionó, advirtiéndole de su presencia y en el proceso asustando al pelinegro.
Le hizo una seña de que guardará silencio, entonces comenzó a pensar que quizá no deberían estar ahí. Le miró confundida y se acercó a él en silencio, como si estuviesen escondiéndose de algo o alguien.
Ambos se aproximaron hacía un contenedor de basura que estaba frente a ellos junto a un par de escalones, el contenedor estaba cubierto por una lona que en sus mejores días debió ser azul y que desprendía un aroma putrefacto.Retrocedió un par de pasos cuando el olor llegó a sus fosas nasales e hizo una mueca, sin embargo Arisu no retrocedió y contrario a eso se dispuso a remover la lona del contenedor, descubriendo lo que había en el.
Ambos miraron horrorizados aquello que desprendía ese aroma a putrefacción, montones de cadáveres apilados unos sobre otros.⸻ Esa es la realidad de esta utopía.
Entonces el dueño de aquella voz que había buscado evitar durante toda la mañana hizo acto de presencia, bajando lentamente los escalones junto al contenedor y acompañado de Kuina. La vista de los múltiples cadáveres ensangrentados era una imágen que se sentía incapaz de borrar de su cabeza, así que ni siquiera la presencia del chico la hizo dejar de mirarlos, se podría decir que estaba en shock.
Él ignoró momentáneamente a Arisu, dirigiendo su mirada enteramente a Mei.
No se suponía que ella estuviera ahí viendo eso, no era parte de su plan y tampoco lo aprobaba; en ningún momento había deseado exponerla a ese trauma sabiendo de su fobia.
Suspiró, finalmente no había nada que pudiese hacer y era incapaz de cambiar algo que ya había sucedido, el show debía continuar.⸻ Reglas de la playa: muerte a los traidores. ⸻ dijo, regresando su mirada al chico.
El decidió que ese no era un lugar ideal para discutir lo que tenía por decirles e invitó casualmente a Arisu y Mei a seguirlo a la azotea junto a Kuina. Ambos lo siguieron sin objeciones y él no pudo evitar notar cómo la mirada de Suzuki estaba perdida en cada paso que daba, como si fuera incapaz de alzar la cabeza.
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𝗦𝗵𝗮𝗺𝗲𝗹𝗲𝘀𝘀, 𝗖𝗵𝗶𝘀𝗵𝗶𝘆𝗮
FanfictionEn un Tokyo alternativo, donde los rascacielos se alzan como gigantes de cristal y acero, la vida de Suzuki Mei cambió para siempre. La ciudad, ahora un tablero de juego mortal, se convirtió en su nuevo hogar, un laberinto de desafíos y enigmas. Y e...