promise

239 23 12
                                    

Just trust me, you'll be fine

En la penumbra de la habitación, Chishiya se sentó junto a la cama, tomando la mano de Mei con delicadeza. La luz del amanecer se colaba por la ventana, tiñendo el espacio con tonos dorados y naranjas. A pesar de la belleza del alba, la chica yacía inmóvil, su respiración era apenas perceptible. La preocupación marcaba el rostro de Chishiya, una tormenta de miedo y esperanza, mientras los recuerdos de la situación que casi les roba el futuro se desplegaban en su mente. Tras el incidente, había decidido llevarla a su departamento, convenientemente cercano. Sin embargo, habían transcurrido horas y Mei no despertaba. Aunque su formación médica le aseguraba que ella estaría bien, la ausencia de luz en sus ojos y su respiración irregular, como si luchara contra pesadillas en su sueño, lo mantenían inquieto.

Él susurraba su nombre, una y otra vez, como un mantra capaz de rescatarla del abismo. "Despierta, Mei", decía con voz temblorosa, anhelando que fuera suficiente para devolverla del mundo onírico en el que parecía perdida.

La habitación se impregnaba de la melodía de su voz, cada palabra tejía un hilo de esperanza contra la oscuridad que acechaba. Chishiya permanecía inmóvil, su mano entrelazada con la de Mei, como si pudiera infundirle su energía mediante el silencioso contacto. El tiempo se suspendía, cada segundo se estiraba hasta el infinito, cada respiración resonaba en el vacío.

Afuera, la ciudad despertaba; los sonidos matutinos se filtraban por la ventana entreabierta, pero en el corazón de Chishiya reinaba el silencio. La espera se volvía más tangible, más intensa, y con ella, el temor a lo incierto.

De pronto, un cambio sutil, casi imperceptible. El pecho de Mei se hinchaba con más vigor, su respiración ya no era un susurro distante, sino una promesa de retorno a la vida. Chishiya contuvo la respiración, sus ojos clavados en los párpados cerrados de Mei, esperando, ansiando. Y entonces, como el primer destello del sol que disipa la noche, los ojos de Mei se abrieron lentamente. Confusión y lucidez se entrelazaban en su mirada, reflejando el amanecer que invadía la estancia. "Chishiya..." su voz era frágil, pero para él, era el sonido más hermoso.

No hubo tiempo para más, él la envolvió en sus brazos, inclinándose sobre ella en un abrazo que ambos habían anhelado, aunque la duda aún se pintaba en el rostro de la joven, quien nunca esperó volver a despertar.

⸻ ¿Que paso...? ⸻ habló, con voz débil.

Recuerdos difusos asaltaron su mente, preguntándose cómo era posible que ambos estuvieran allí, cuando se suponía que ella debía morir. Había entrado en aquel laberinto dispuesta a sacrificar su vida sin vacilaciones, y ahora se encontraba en el departamento de Chishiya, recostada en su cama mientras él la abrazaba. No es que se quejara, pero simplemente no comprendía qué había cambiado.

⸻Eres más estúpida de lo que pensé.⸻ La voz de Chishiya la tomó por sorpresa. ¿Qué había hecho ahora para merecer esos insultos? pensó. ⸻¿Cómo te atreves a sacrificarte por mí sin consultarme? ¿Acaso pensaste en lo que hubiera sentido si esto terminaba mal?

⸻¿Cómo es que sigo viva?⸻ preguntó Mei, yendo directo al punto.

⸻Parece que solo necesitabas estar dispuesta a sacrificarte; no era necesario que lo hicieras de verdad.⸻ murmuró él, hundiendo su rostro en el cuello de la chica.

⸻Malditos juegos de corazones, los odio.

Él se separó para mirarla, juntando sus frentes en un silencio lleno de paz.

⸻Estaba preparado para morir desde que vi los símbolos en las puertas. ¿Por qué me hiciste algo así?⸻ susurró él, cerrando los ojos.

Mei balbuceó, confundida.

𝗦𝗵𝗮𝗺𝗲𝗹𝗲𝘀𝘀, 𝗖𝗵𝗶𝘀𝗵𝗶𝘆𝗮 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora