Me encontraba en el súper, Román me llamó diciendo que había invitado a cenar a su jefa y decidí que haré un poco de carne con guarniciones.Aunque mi matrimonio cada día esté peor, yo prefiero llevar la fiesta en paz, aunque Román no lo quiera. Estaba muy segura de que él me engaña, lo puedo oler en su perfume de mujer en sus camisas en su manera que me oculta su teléfono y en muchas otras cosas más. Incluso ya no podía dormir con él, por qué ya no soportaba lo lejos que podía llegar su cinismo.
Pero nuestro matrimonio no siempre fue así, todo empezó a ir mal cuando le comenté que sentía una atracción hacia las mujeres, primero le pedí una estupidez, experimentar juntos a lo que el accedió, pero nunca concretamos nada.
Después le mentí diciéndole que solo me sentía confundida y que no me gustaban en realidad, su respuesta fue que había ofendido su orgullo como hombre y allí todo comenzó a cambiar, de vez en cuando teníamos sexo y el mencionaba el nombre de otras mujeres.
Estoy segura de que me engaña con su jefa, Siempre está hablando por teléfono con ella y no hace otra cosa que mencionar lo buena jefa que es y lo bien que hace su trabajo y lo comprobare con esa dichosa cena, estaré atenta a todo lo que ellos hacen y veré cómo se comporta esa mujer. Estoy harta de que me vean la cara y hoy tendré las pruebas suficientes para dejarlo.
Vuelvo a casa con todo lo que necesito, encontrándome el auto de Román en la cochera, suspiro y bajo las compras del auto.
—compórtate hoy, Lidia—susurra Román apenas me ve entrar—no quiero que me dejes mal con mi jefa—lo ignoro y sigo de largo hacia la cocina esa es mi manera de llevar la fiesta en paz, no responder y soportar su maltrato pasivo agresivo.
Dejo las compras en la cocina y subo rápidamente a mi habitación a darme una ducha, no quiero verme mal y que esa mujer crea que soy poca cosa para Román. Aunque él no me importe no quiero que crea que Román me engaña por ser poco atractiva, aunque a veces me sentía así.
Termino de bañarme y me pongo a preparar la cena. Calculo que estará lista en una hora. Así que tendría tiempo suficiente. Román dijo que esa mujer vendría a las 9 aunque no creo que sea puntual.
Estoy por terminar la cena cuando escucho que tocan el timbre, miro el reloj en mi mano. Vaya si es puntual. Parece que le gusta quedar bien. Volteo a ver a Román y lo veo sentado ignorando el timbre, eso significa que no va a pararse.
Me dirijo a la puerta, suspiro y la abro, encontrándome con una mujer a simple vista hermosa, ojos color miel y un cabello precioso castaño, trae puesto un vestido azul rey que tiene una abertura en la pierna. Muy provocativa.
—Usted deber ser la jefa de Román—ella asiente y sonríe— Pase, él está adentro— digo con voz dulce y agradable.
—Traje un poco de vino y un par de quesos, espero sean de su agrado.
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LA ESPOSA DE MI MEJOR AMIGO (Sin Editar)
RomanceBlanca Ávila, una mujer empresaria dedicada, siempre había considerado que los asuntos personales de los demás no eran de su incumbencia. Sin embargo, todo cambió una noche de copas cuando, inesperadamente, se sintió atraída por Lidia, la esposa de...