5.|BLANCA|

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Lidia llegó hace dos semanas a la empresa y cada día se me hacía más difícil controlar mis impulsos, yo misma le pedí separar lo laboral de lo personal y ahora no podía hacerlo

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Lidia llegó hace dos semanas a la empresa y cada día se me hacía más difícil controlar mis impulsos, yo misma le pedí separar lo laboral de lo personal y ahora no podía hacerlo.

La primera semana vino vestida con trajes hermosos y está semana desde el lunes comenzó a llegar con vestidos cortos, mostrando las piernas, su físico es perfecto y esos vestidos lucen muy bien en ella

Cada vestido tenía un escote muy pronunciado. Por un momento creí que intentaba provocarme, pero ella apenas y me dirige la palabra. Siempre la encuentro hablando con mi secretaria, parece que le agrada ella.

Y creo que después de todo si está tomando la distancia que le pedí para no dañar mi amistad con Román

Cada día era peor tratar con él por qué la realidad es que la culpa me consumía por dentro.

Lo he visto dos veces con Lidia, la invita a comer y ella no lo rechaza. Aunque él sigue sin usar la sortija parece que eso a ella no le importa.

Pero hoy fue la cereza del pastel. Llegó a la oficina con un ramo de rosas y se lo entregó a ella. Más tarde fui con el pretexto de recoger unos papeles y la observé poniendo las rosas en un jarrón.

Román estaba cumpliendo su propósito que era volver a conquistar a Lidia y yo no podía hacer nada más que volverme una espectadora, porque después de todo, es su esposa.

Tocaron a mi puerta, sacándome de mis pensamientos, murmuré un «Adelante». Era Lidia.

—Lidia ¿Necesitas algo? —frunce el ceño al escucharme llamarla por su nombre—Carrasco...—me corregí —¿Necesitas algo?

—Vine a entregarle lo que pidió, ya lo tengo listo—me extendió la carpeta y la reviso.

Ni siquiera le estaba poniendo atención a los documentos solo quería sentir su presencia un poco. No podía negar que todo el tiempo pienso en ella... En lo sucedido y me asustaba un poco no poder sacar eso de mi cabeza.

Me pongo de pie y le echo seguro a la puerta.

 Me mira extrañada y se cruzó de brazos haciendo que sus pechos se levantarán un poco. Trago saliva y le tomo la mano. 

Se suelta de mi agarre.

—¿Que pretende? —se veía molesta, quizá su relación con Román estaba mejorando y ahora ella se sentía mal por hacerle eso a él.

—Hablar—niega.

—Blanca—murmura mi nombre y me doy cuenta de lo mucho que extrañe que lo pronunciará—Solo estoy haciendo lo que me pediste, tú me dijiste que querías parar esto. No me lo preguntaste no me pediste mi opinión, tomaste la decisión y yo la acepte. ¿Por qué lo haces más difícil?

Así que solo es eso, está haciendo justo lo que le pedí y todo por mi amistad con Román. Suspiré y volví a tomar su mano, está vez no la rechazó la acerque al escritorio, me recargue en el y la tome de la cintura. Coloque un mechón detrás de su oreja. con un mano tome su rostro y lo acaricie un poco. Cerró los ojos al sentir mi contacto.

LA ESPOSA DE MI MEJOR AMIGO (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora