Blanca me llamó anoche con la buena noticia de que me daría el puesto para la vacante de marketing, desde que me case con Román no había tenido un trabajo, él no me dejaba trabajar y ahora me sentía tan feliz.
Soy la clase de persona que con una simple palabra de aliento puedo tomar valor para realizar cosas.
Que Blanca diera a entender que tenía un currículum muy bueno fue ese tipo de plus que necesitaba para volver al mundo laboral.
Pude ver su rostro mientras leía mi currículum y pude ver su impresión en el.
Decidí venir a una boutique a comprar un par de trajes, no quería ir con vestido a la oficina, quería verme presentable.
Elegí un traje negro y dos azules. Los precios en esta boutique no eran los adecuados para mi bolsillo, compraría un par más en otra tienda y cuando obtenga mi primer sueldo volveré a la boutique.
Salgo de la tienda con las bolsas, me dirijo al auto y me entra una llamada, me subo al auto y respondo.
—¿Sí?
—Lidia ¿Cómo estás? —puedo escuchar la voz de Blanca, lo que me pone de buen humor.
Aunque aún no sé cómo decirle que me había acostado con ella porque pensé que era amante de Román. Aunque al final lo hice por qué quería, pero mi objetivo principal fue ese. Estaba disfrutando mucho lo que pasaba entre nosotras, aunque posiblemente para ella solo fuera sexo. Yo disfrute mucho sentirme deseada por alguien.
—Blanca—me atrevo a tutearla—estoy bien ¿Sucede algo? ¿Cómo estás? —la línea se mantiene en silencio un momento y escucho su respiración.
—¿Puedo verte? Necesito hablar contigo de algo importante—¿Hablar conmigo? Cuando alguien dice esa frase pasan cosas trágicas.
Trago saliva.
—Escucha, Blanca, no sé si sea buena idea que vallas a casa, Román debe estar allí...
¿Puedes venir a mi casa? —me interrumpe.
—Eh...Claro, envíame la dirección, dime la hora y estaré allí.
—Te enviaré la dirección justo ahora, ven cuánto antes, por favor—murmura y cuelga.
¿Cuál es la prisa por verme hoy? Seguramente ya se arrepintió de darme el trabajo. Reviso la dirección y la pongo en el GPS del auto. Manejo hacia el lugar.
Mientras me hago un sin fin de escenarios en mi cabeza. En los que me dice todos los pro y contra por los que no me dará el trabajo.
Estaba tan ilusionada con ese empleo. Chasqueo los dientes y sigo manejando.
Llego al lugar y parece mansión sacada de película. Es una casa enorme para una sola persona. O al menos lo es para mí. Es por lo menos tres veces más grande que la mía.
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LA ESPOSA DE MI MEJOR AMIGO (Sin Editar)
RomanceBlanca Ávila, una mujer empresaria dedicada, siempre había considerado que los asuntos personales de los demás no eran de su incumbencia. Sin embargo, todo cambió una noche de copas cuando, inesperadamente, se sintió atraída por Lidia, la esposa de...