Llevaba alrededor de cuatro horas en el hospital, esperando a que nos dieran noticias de Blanca, Mi hermana estaba aquí y también el padre de Blanca.
Yo me mantenía sentada con la cabeza recargada en la pared, mientras pensaba en todo lo que había ocurrido como Román pudo ser capaz de agredir a Blanca.
Yo nunca quise que esto pasara, esto no debía de ser así, mi hermana me advirtió que él podía herirla y por mi cobardía y miedo hacia Román no hice absolutamente nada para ponerla sobre aviso.
Juan, el guardia no estaba en su puesto al parecer había ido al baño cuando ocurrió todo y Román simplemente escapó, sabíamos que no podía ir lejos y aún no había una denuncia hecha por la víctima para que lo buscarán y yo no tenía cabeza para eso, solo quería que Blanca estuviese bien.
Muevo mi pierna con nerviosismo y siento que mi hermana se sienta a mí lado.
—Estará bien— me dice — es normal que este inconsciente— toma mis manos y les da un pequeño apretón en señal de apoyo.
Me incorporo y le sonrío.
— Sé que estará bien — intento ser positiva— estoy muy enojada— digo mientras la miro— es mi culpa que ella esté en este lugar si yo hubiera hecho algo desde el principio, tú me advertiste Claudia, deje pasar más de una semana—paso mis manos por mi cara—esto es una mierda.
— No Lidia— me interrumpe — no te culpes de esto, Román es el culpable de que Blanca este allí dentro.
— Gracias por tus palabras, pero solo puedo pensar en que es mi culpa.
Ella se pone de pie y camina hacia dónde está una enfermera, comienza a platicar con ella. mientras me mantengo atenta a la plática.
De pronto veo entrar a esa chica, Paula.
—¿Como está? — llega hasta donde estoy y se para frente a mí— ¿Que sucedió, Lidia?
— Román — es lo único que logro formular.
Ella se sienta a mi lado y la veo con una expresión como que quiere preguntar algo, sin embargo, no sabe cómo hacerlo.
— Estará bien — susurra.
—¿Quién te avisó? — pregunto.
— Su padre — me dice — Blanca y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo. — asiento.
— ¿Familiares de la señora Ávila?— se escucha la voz de una enfermera.
Me pongo de pie inmediatamente, veo que el padre de Blanca también lo hace y me detengo.
Giro sobre mis pies y regreso a donde estaba.
—¿Lidia, verdad?— su voz me detiene y me doy la vuelta.
— Si, señor— respondo.
—¿Lidia de Marketing?— pregunta con entusiasmo.
— Eh... Sí— respondo algo confundida.
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LA ESPOSA DE MI MEJOR AMIGO (Sin Editar)
RomansaBlanca Ávila, una mujer empresaria dedicada, siempre había considerado que los asuntos personales de los demás no eran de su incumbencia. Sin embargo, todo cambió una noche de copas cuando, inesperadamente, se sintió atraída por Lidia, la esposa de...