12.|LIDIA|

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La cena con Paula y Blanca resultó mejor de lo que esperaba

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La cena con Paula y Blanca resultó mejor de lo que esperaba. Ahora que sé que ellas dos no están teniendo sexo, mi mente puede estar tranquila.

Cuando Paula mencionó qué Blanca estaba enamorada de una chica no pude evitar sentir ilusión y pensar que yo soy esa chica.

Aunque no podía saberlo con exactitud lo imaginaba, sus miradas hacía mí me dicen mucho.

Así que el día de mañana le diré a Blanca todo lo que Román me ha estado obligando a hacer, ya no puedo soportar más esto.

Ella tiene que saberlo.

- ¿Que tanto piensas? - Román me saca de mis pensamientos.

- En nada- respondo poniendo atención al camino. - estás muy ebrio- murmuro.

-¿ Y a ti que te importa?- le echo una mirada rápida.

- No me importa- me alzó de hombros- solo digo.

- Para aquí- me señala un lugar en medio de la nada, ya es demasiado tarde, no se ve ni un alma por estás calles.

-¿ Para qué?- pregunto curiosa, aquí no hay nada. Al menos que quiera vomitar.

-Que te importa, Lidia, para el puto auto de Blanca.

-Te importaría decir ''por favor''.

- No pienso ir a casa contigo, eres demasiado aburrida, me iré por allí.

Enciendo las intermitentes y me detengo donde me dice Román, él baja del auto, lo veo tambalearse y continúa caminando sin decir nada.

Le echo una última mirada y arranco el auto.

Mejor para mí, sí soportar a Román sobrio es difícil, soportarlo ebrio es el doble.

Manejo a casa, llego y bajo del auto, entro al baño y tomo una ducha, busco algo cómodo para dormir y me pongo ese vestido ligero que usé la primera vez que estuve con Blanca.

Lo miro un poco y suspiro, nada me impedirá que mañana le cuente todo a Blanca. Me acuesto y no sé en qué momento me vence el sueño.

***

Unos jalones en mi cuerpo me hacen abrir los ojos de golpe. Veo a Román en mi habitación, tomándome por los pies y me incorporo de prisa en la cama. Lo veo quitarse el cinturón de su pantalón y entro en pánico.

-¿ Que estás haciendo, Román?- pregunto con pánico - sal de aquí, Román, estás ebrio.

-Lo que hiciste en la cena, se llama... humillación- dice con dificultad.- ahora haré que te sientas igual.- termina de quitarse el cinto y baja la cremallera de su pantalón.

- No, Román ¿Que haces?- cubro todo mi cuerpo con la sabana- Vete Román, estás ebrio mañana no recordarás nada y yo sí, esto... que pretendes hacer es la peor humillación que le podrías hacer a una mujer- me hago bolita en mi cama y lo miró fijamente.

LA ESPOSA DE MI MEJOR AMIGO (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora