―No seas desagradable, Jungkook. Ya verás cómo te gusta―me riñó Siyeon mientras me arrastraba de la mano hacia el vestíbulo del hotel.Yo intenté contestar, pero la mejor amiga de mi novia y su marido ya estaban allí. Justo al otro lado de la sala, esperándonos sonrientes.
Aquellas eran las primeras vacaciones que tomábamos Siyeon y yo. Llevábamos seis meses saliendo y cuatro viviendo juntos. Yo había planificado esos cuatro días con el mayor cuidado: una pequeña cabaña junto a un lago, pescando, nadando y haciéndole el amor a mi preciosa chica tantas veces como mi polla tardara en recuperarse. Sin embargo, a última hora, Siyeon había recibido la llamada de Jinjoo, su amiga de la universidad, y todos mis aviones se fueron al demonio.
¿Cómo voy a decirle que no a Jinjoo? Me había dicho. Llevaban dos años sin verso. Desde que su mejor amiga se había ido a vivir a Europa. Y precisamente ese fin de semana se celebraba la reunión de antiguas alumnas de la Universidad de Medicina. ¿Cómo no vamos a ir cuando Jinjoo ha entrado a formar parte de la organización del congreso a última hora? Así que hable con el propietario de la cabaña, le dije que ya iríamos en otra ocasión, y compré los billetes de avión. Me quedaron por delante cuatro días de hotel mientras mi chica acudía a eventos, comidas y ponencias. No era mi ideal de vacaciones pero... ¿Cómo no iba a hacerlo por ella?
Al fin avanzamos por el salón.
Desde lejos examiné a la pareja sonriente que nos esperaba. A ella la había visto en fotos. A él era la primera vez que lo veía ya que apenas llevaban nueve meses casados. Jinjoo era delgada, bonita, y con aquellos ademanes que denotan una buena educación. De su marido sólo sabía que se llamaba Yoongi, que era fisioterapeuta deportivo y que ganaba mucho dinero. Me lo había imaginado de otra manera. Nariz. Verlo allí, en bermudas, chanclas y camiseta, me gustó. Había esperado a un tipo estirado y repeinado. Pero no era nada de eso. Tenía el cabello un tanto crecido, desordenado. Y sus ojos mostraban una expresión curiosa mientras nos acercábamos. Era de mi misma estatura y edad.
Al principio me extrañó que estuviera más pendiente de mí que de Siyeon, pero comprendí que yo sería su compañero de fin de semana mientras su mujer y mi novia acudían a todas las sesiones del club de antiguas alumnas.
Mientras Siyeon se fundía en un abrazo con su amiga, yo le tendí la mano a su marido.
―Jungkook―saludé, intentando parecer civilizado―. Tú debes ser Yoongi.
―El mismo. Ya veo que te han hablado de mí. Espero que mal.
―Siyeon me tiene al tanto. Y te aseguro que me ha hablado muy bien. Dice que eres una especie de mago con las manos.
―Es una buena forma de definirlo, pero me temo que exagera.
―Siempre estoy lesionado, entre el trabajo y el gimnasio, espero poder ahorrar para ponerme en tus manos.
―Para ti será gratis, pero...―entornó los ojos con curiosidad―. Por tu acento no eres de Seúl.
Siyeon y yo vivíamos lejos de la ciudad, donde ella pasaba consulta y yo trabajaba en la construcción.
―Soy de Busán.
―¡No me jodas! ¿Eres de Busan IPark?
―Por supuesto. ¿Y tú?
―Trabajé para ellos hace un par de años. Necesitaban un fisio deportivo y yo estaba buscando un club con el que trabajar. Fueron los mejores años de mi vida.
En casa de mis padres, cualquier tema que tuviera que ver con Busan IPark era prácticamente sagrado.
―¡Vaya! Eso es genial. Cuando lo cuente no se lo van a creer.
Él le quitó importancia con un movimiento de la mano.
―Tú te dedicas al negocio inmobiliario, según me dijo Jinjoo.
―Eso es mucho decir. Carpintero de soja. Como ves, nada comparado con lo tuyo―nota que me ruborizaba.
―¿Es tu primera vez en Jeju?
-Si. ¿Y la tuya?
―Jeju es mi segunda casa―sonrió de nuevo y me guiñó un ojo―. Así que mientras las chicas se van por ahí tú y yo podemos dedicarnos a nuestras cosas.
Reconozco que me cayó bien a la primera. Había esperado un sujeto con el que no sabría de qué hablar, y sin embargo Yoongi parecía ser bastante agradable, incluso divertido.
Al fin Siyeon y Jinjoo dejaron su abrazo con ojos acuosos, y mi novia me presentó a su amiga. Era simpática y extrovertida, tal y como lucía en las fotos.
Jinjoo se había encargado de todo desde Londres, donde vivía el matrimonio. Cenaríamos los cuatro juntos, aunque temprano, y después ellas se marcharían a la recepción de su antigua hermandad. El programa nos excluye a Yoongi ya mí de casi todos los actos, quitando la barbacoa del domingo y la fiesta de clausura. Antes de conocer a Yoongi, había pensado estar el tiempo imprescindible con el marido de Jinjoo, y escabullirme a la primera ocasión para disfrutar de la ciudad. Sin embargo aquel parecía tipo agradable, por lo que decidió darle una oportunidad.
―He reservado en La bonne vie para la cena―anunció Jinjoo, como si todos supiéramos qué diablos era aquello―. ¿Vamos?
―¿Jungkook?―preguntó su esposo.
Y los dos caminamos, uno junto al otro, tras nuestras chicas que, dadas de la mano, ya se habían olvidado de nosotros.
Hola cómo están ?
Quiero decirles que voy eliminar unas de mis historias porque tengo un bloqueo bien feo con esa. y la verdad no quiero tener historia sin terminar
Así que les dejo esto , espero y les guste es +18 haber si Wattpad no eliminá la historia
Si eso sucede te dejo mi usuario de insk
isellegatesYa estoy subiendo está historia allí 😃
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Married 💍
RomanceUn código con tres reglas: discreción, una relación corta, y no enamorarse. ¿Podrá Yoongi seducir a Jungkook? ¿Podrá introducirlo en su juego, donde hombres casados disfrutan de sexo con otros hombres? ¿Podrá evitar enamorarse?