Fue la noche más intensa de mi vida hasta ese momento.
Incluso aquella vez antológica que estuve con varias chicas a la vez, en Las Vegas, no logró superarlo.
Yoongi lograba arrancar en mí algo que hasta entonces yo no conocía. Era como si hubiera descubierto mi auténtica esencia y sólo él tuviera la llave.
Aquella noche hablamos largamente sobre cómo sería nuestra vida a partir de entonces. Él quería convencer a Jinjoo para volver a casa, pero nada era seguro. También estaba decidido a buscar trabajo en Corea. Seúl le parecía una ciudad perfecta. Estaríamos lo suficientemente cerca como para vernos a menudo. Ni él habló de dejar a su mujer ni yo de abandonar a Siyeon. Parecía que aquello formaba parte del trato, parte de aquella comunidad de tres normas que parecía extendida por todas partes.
Hicimos el amor una vez más, pero sólo Yoongi y yo, mientras Namjoon, desnudo en la silla, nos observaba y se masturbaba.
El vaquero partió hacia el aeropuerto y nosotros regresamos al hotel muy entrada la madrugada. En el ascensor nos dimos el último beso: lento, lleno de anhelo, de expectativa. Mientras él se marchaba hacia su suite yo lo miré alejarse con la mano en el pomo de la puerta. Nunca había imaginado que un hombre pudiera trastornarme así. Que un culo llegara a obsesionarme de aquella manera.
Siyeon aún no había llegado cuando entré en nuestra habitación, aunque encontré varias llamadas perdidas en mi móvil, olvidado en el baño. Colgué la chaqueta y la camisa en su forro de viaje y los pantalones los metí en una bolsa para esconderlos al fondo de mi maleta. Después me di una ducha, larga y pausada. Mi cuerpo estaba agotado por el placer del sexo que tanto había ejercitado aquel fin de semana.
Como era mi costumbre, me miré en el espejo mientras el agua resbalaba por mi cuerpo. Las sombras oscuras bajo mis ojos se habían acentuado. Me pregunté qué me había sucedido durante los últimos días. Había pasado de ser un tipo que sólo tenía ojos para las mujeres, a suspirar por un hombre en concreto y dejármelo hacer, al menos, por otro.
Me volví para mirarme de frente. Siempre había estado orgulloso de mi cuerpo, me mataba en el gimnasio para que fuera perfecto: las caderas estrechas, el vientre plano y musculoso, los fuertes bíceps y pectorales. Mi sexo, muy por encima de la media. Imaginé a Yoongi pegado a mí.
Decidí que por aquel día era mejor no pensar. Sólo dormir. Sólo descansar.
Me sequé con cuidado y me metí en la cama.
Siyeon apareció alrededor de las tres. Yo me volví y la miré a los ojos. De nuevo estaba un tanto achispada, pero parecía preocupada.
―Te he llamado. ¿Qué tal está Yoongi?
―Me dejé el teléfono en el baño. Se encuentra mucho mejor.
Ella suspiró y se bajó la cremallera del vestido, que resbaló por sus caderas. Como cada noche, sólo con las braguitas, se metió en la cama junto a mi cuerpo desnudo, acurrucándose a mi lado.
―¿Qué te ha parecido el fin de semana?―me preguntó.
―Ha estado bien.
―Lamento haberte dejado tanto tiempo solo.
―No tiene importancia.
―¿Qué te ha parecido Yoongi?
«Yoongi». ¿Qué le decía?: ¿Delicioso? ¿Follable? ¿Un hombre del que podría enamorarme?
―Parece un buen tipo.
―Jinjoo dice que tú también le has caído bien―suspiró. Estaba a punto de quedarse dormida―. Me alegro. Así podremos salir juntos cuando ellos vuelvan al país. Incluso puedo invitarlos a que se queden en casa unos días. ¿Te importaría?
Imaginé a Yoongi en mi hogar, rodeado de mis cosas, tomando cerveza con mis amigos de la obra, buscando momentos a solas en rincones escondidos donde follarlo. Un escalofrío me recorrió la espalda.
―No me importa.
Siyeon sonrió y me dio un beso en el cuello, justo en el lugar donde a Yoongi le gustaba besarme. Me pregunté si había conseguido quitarme de la piel el olor de mi chico y el fuerte aroma a Namjoon.
―Eres un buen hombre. Abrázame―murmuró Siyeon, casi dormida―. Necesito tenerte cerca.
Yo lo hice, con la absoluta certeza de que esa noche no dormiría.
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Married 💍
RomanceUn código con tres reglas: discreción, una relación corta, y no enamorarse. ¿Podrá Yoongi seducir a Jungkook? ¿Podrá introducirlo en su juego, donde hombres casados disfrutan de sexo con otros hombres? ¿Podrá evitar enamorarse?