13. 𝐭𝐨 𝐝𝐚𝐧𝐜𝐞 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐞𝐯𝐢𝐥

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Podía sentir el aliento del otro contra su piel, rozando cada parte que tocaba su boca, soltando suspiros, susurrando su nombre

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Podía sentir el aliento del otro contra su piel, rozando cada parte que tocaba su boca, soltando suspiros, susurrando su nombre. Jeongin nunca se sintió tan feliz. Rebozaba de júbilo, pensando, cuán afortunado era de estar vivo, en ese momento. Con Yeosang ahí. Con él. Suyo, todo suyo.

Y entonces su reloj suena, y el sueño se termina.

El último par de semanas, Jeongin había tenido bastantes problemas para poder conciliar el sueño, o tener cualquier tipo de descanso. Constantemente pensando en su situación.

Estaba saliendo con Hwang Hyunjin. Y no de manera sarcástica, no como el mal chiste que cuentas en una reunión incómoda.

Era en serio, bastante en serio. El tipo de relación en la que quieres llevar a tu pareja a conocer a tus padres. El tipo de relación en la que uno va a casa del otro por las mañanas para poder caminar al instituto juntos.

O, en su caso, que Hyunjin llegara por él y llevarlo a la escuela.

Se vistió, desayunó, preparó sus cosas, y escuchó la bocina de un auto. Un Porsche 944, color rojo —por supuesto que era rojo—, antena de radio y un sistema de sonido estúpidamente increíble. Jeongin no tenía un gran interés en los autos, pero por supuesto que sabía qué modelo tenía Hyunjin.

Se despidió de su familia y salió a encontrarse con el mayor.

—¿Podrías no sonar la bocina? Al menos, puedes llamar antes de salir de tu casa, avisar que vienes en camino. Mi familia estaba desayunando —Le reclamó al mayor. Cuando entró al auto, Hyunjin sostenía esta sonrisa estúpida que tenía a Jeongin especialmente harto.

—¿Ni un "buenos días", dulce? —Le preguntó. Jeongin hizo uso de voluntad para no rodar los ojos.

—Buenos días Jin —Lo saludó. Mas no le dio un beso, aunque sabía que era lo que el mayor esperaba de él. No le daría el gusto, no era tan estúpido.

Hyunjin se vio complacido ante el nuevo apodo.

Jeongin nunca se había sentido tan asqueado de sí mismo.

Habían pasado ya unas semanas así, con Hwang siendo un pegostre, y él tratando de aparentar estar en la misma zona. Siendo muy honestos, estaba bastante harto, pero si quería que su plan funcionara debía fingir lo suficiente.

Al menos Felix se veía más feliz conforme pasaban los días.

El camino en auto se le hacía eterno, con Hyunjin comentando sobre el equipo de natación o la fiesta que sucedió el fin de semana anterior. Jeongin estaba hastiado de todo su mundo tan superficial y efímero. Nunca había nada relevante, siempre era el mismo cuento.

Hyunjin iría a alguna fiesta, besaría a alguna chica, pero oh, cierto, ya no se acostaba con ninguna, porque eso sería fallarle a Jeongin. Palabras del mayor.

𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐒 ☽ ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora