24. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

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Taylor.

El agua caía por mi cuerpo rápidamente quitando el sudor que la noche provocaba. Bañarme por la mañana siempre ha sido una de mis actividades favoritas desde que tengo 11 años. A muchas personas no les gusta bañarse y no entiendo él porque, es una sensación tan genial.

— ¿Taylor? Ya está el desayuno listo. —la voz de mi novio me llamaba.

— ¡Voy en cinco minutos! —mentí. Pero él sabía que lo hacía, nadie nunca tardo menos de cinco minutos en vestirse. Al menos, yo no.

No sabía que ponerme a pesar de que tenía un closet inmenso frente a mí. ¿Una falda? No, había mucho frio. ¿Un vestido? Sería casi como la falda. ¿Un short? Bastante cortó. ¿Jeans y un suéter? Perfecto. Hacía mucho que no usaba jeans, no es que no me gustaran si no que los vestidos y faldas eran mucho más atractivo para mí. Me puse los jeans y el suéter y cogí un gorro morado que estaba entre mis cosas. Camine hacia la cocina y al entrar Bruno me analizo con la mirada y se quedó sorprendido.

— ¿Tan mal me veo? —pregunté preocupada.

—No. Para nada, ya sabes que eres hermosa. Solo que nunca te vi usando jeans...

—Oh, bueno. Hay una primera vez para todo. —sonreí. — ¿Qué cocinaste?

—Hice quesadillas. Tenía antojo de comida mexicana, lo siento.

—Me gustan las quesadillas, descuida. —reí ante su preocupación. — ¿A quién no le gusta la comida mexicana?

—A Lucy.

Rodee los ojos cuando menciono a la arpía. De verdad que odiaba a Lucy. No sé si porque era la única amiga de Bruno o porque me daba celos su amistad.

—Se ve que no tiene buenos gustos...

—No es eso. No tiene malos gustos. Así como a mí no me gusta mucho la comida china o a ti las peras a ella no le gusta mucho la comida mexicana. —explico.

—Como digas...—murmuré.

— ¿Tan mal te cae?

—Puf. —bufé negando con la cabeza. —No me cae mal. Es solo que no sé, simplemente no la tolero.

Bruno comenzó a reír tanto que casi se la cae la comida de la boca.

—Qué mala mentirosa eres, Tay. Ella tanto que te admira.

— ¿Me admira? —alce una ceja ligeramente impresionada.

—Sip. —asintió. —Se sabe la letra de todas tus canciones. Es una pesadilla.

—No tiene tan malos gustos después de todo. —admití sonriendo. El hecho que la chica a la que consideraba mi enemiga no.1 fuese mi fan me ponía feliz. Estoy loca.

—Te lo dije.

Después de terminar nuestras quesadillas cada uno, lavamos los platos para luego secarlos. Mientras lavábamos y secábamos escuchábamos a The Killers, que era la única banda que realmente admirábamos en común, nos sabíamos 99.9% de sus canciones.

—Me gusta mucho esta canción, ¿a ti no? —pregunto Bruno mientras tarareaba la letra.

—Me encanta, aunque el video sea algo tonto. La letra es una de mis favoritas.

The stars are blazing like rebel diamonds cut out of the Sun...—canto, aunque un poco desafinado a lo que yo estaba acostumbrada. Cosa que no importaba. — When you read my mind.

Solté una risita.

—Mi parte favorita.

—Lo sabía. Es por eso que te leo la mente, ¿recuerdas? —rio.

Mamá es famosa ☻ [gatos incluidos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora