"Piensas que nunca te va a pasar, imposible que te suceda a ti, que eres la única persona del mundo a quien jamás ocurrirán esas cosas, y entonces, una por una, empiezan a pasarte todas, igual que le suceden a cualquier otro" —Paul Auster, Diario de Invierno.
Los días buenos suelen pasar en cuestión de segundos, pero los días malos... No eran así; de hecho, eran todo lo contrario. Se sentían como una eternidad. Y así era como se sentía Taylor en ese momento. Estaba teniendo un día bastante malo, en realidad, malo era un adjetivo que no lograba describir la intensidad de su sentir. Apenas hace unas semanas había roto con su novio más reciente, Harry. Por lo tanto, Taylor había decidido quedarse un par de días en su apartamento en Tennessee. Quizá alejarse de los lugares donde había estado con él no disiparía los recuerdos, pero al menos esos recuerdos se sentirían lejanos, como si le hubieran ocurrido a otras personas. No solo se sentía así por la ruptura, evidentemente eso era el factor principal pero también su mente se inundaba de pensamientos llenos de ansiedad acerca de cómo reaccionaría la prensa y el mundo ante la noticia, otro novio más para la "lista interminable" que le habían creado y que nunca dejaban de recordarle.
Taylor habría seguido sumida en su mar de pensamientos, pero justo cuando navegaba entre ellos, un mensaje de texto la interrumpió.
De: Steve.
"Hey Tay, escuche que estás pasando unos días aquí, y bueno, mi cumpleaños es hoy, haré una fiesta, me gustaría que vinieras. Saludos :) x"
Taylor miro el final del SMS con mala cara; puesto que Harry siempre finalizaba sus conversaciones con un :) x. Decidió que iría a la fiesta y se olvidaría por todo un buen rato.
"Viniste!" Exclamó Emma emocionada. "Steve me dijo que te había invitado pero jamás creí que vinieras, ya sabes, ahora eres un chica importante" dijo Emma riendo.
"Para nada" respondió Taylor restando le importancia al hecho de que ella fuese famosa.
"Steve! Mira quien vino" gritó Emma entre todo el ruido de la fiesta.
"Tay tay! pero si eres tú" dijo el chico castaño riendo y abrazando a la rubia.
"La misma" respondió ella sonriendo.
"Oh, diviértete" dijo el castaño sonriéndole.
Y eso fue exactamente lo que Taylor hizo. Estaba tan ebria que no recordaba su nombre. Tan ebria que comenzó a bailar sola.
"Deberíamos bailar." Se acercó un chico rubio de ojos verdes.
"Deberíamos" dijo ella riendo.
Chandelier de Sia comenzó a sonar y los dos rubios comenzaron a moverse como si fuesen los únicos ahí. Ambos estaban bastante ebrios.
"Me gusta tu cabello." Dijo él riendo.
"Me gustas tú." Dijo ella riendo aún más. Estaba diciendo cosas sin sentido.
"Deberíamos salir de aquí." Dijo él tomándola de la mano.
"Deberíamos." Dijo ella siguiéndolo.
Taylor.
Me levanté con un dolor de cabeza inmenso. Iba a tomar una ducha hasta que me di cuenta en donde estaba. Estaba en una cama, enrollada en una colcha azul. Sin ropa. Me pare a vestirme en seguida y recordé lo que había pasado la última noche...
Me había acostado con el chico de la fiesta. Habíamos ido a un motel. Y el se había ido al despertarse. Se había ido y, me había dejado.
Tome mi teléfono que gracias al cielo estaba conmigo. Llame a Abigail y le dije lo mal que estaba.
"Dios, luces terrible." Fue lo único que me dijo.
"Lo sé." Dije haciendo una mueca de asco.
"Bebiste mucho. Dios sabrá que hiciste." Dijo pasando su mano por la frente.
"Oh, dios lo sabe." Dije riendo sarcásticamente.
"¿Acaso tu...?." Dijo refiriéndose a 'eso'.
"¿Si yo me tiré a un chico en ese motel?, al parecer si." Respondí subiendo al auto.
"Lo que hace el alcohol." Dijo sacudiendo su cabeza.
8 semanas después..
Me levanté e hice lo único que había estado haciendo hace 24 horas, vomitar. Estaba muy preocupada así que decidí llamar a mi doctora.
"Lizzie, soy yo, Taylor, necesito ayuda." Dije enviando un mensaje de voz.
Al instante recibí una llamada suya.
"Hola Tay. Querida, ¿qué ocurre?." Preguntó al otro lado de la línea.
"Llevo 24 horas vomitando." Dije con tono de asco. Puesto que odiaba vomitar y bueno, ¿quien no?.
"Mmm.." Fue lo único que dijo. "Taylor, ¿cuándo fue la última vez que tu, ya sabes, tuviste sexo con un chico?."
"Hace no lo se, Harry y yo lo dejamos mucho antes de acabar y bueno yo no he..¡mierda!." Solté un poco desesperada al recordar al chico de la fiesta.
"¿Si?." Preguntó ella dudosa.
"Hace 8 semanas.." Dije nerviosa al saber lo que venía.
"Tal vez deberías hacerte una prueba de embarazo." Dijo con voz alegre.
"Tal vez. Muchas gracias Lizzie."
"No es nada. Cuídate y buena suerte!." Eso era lo último que tendría. Y bueno, para cuidarme ya era tarde.
Justo después de colgar, me dirigí a la farmacia. Salí con una capucha para que no pudieran reconocerme. ¿Qué dirían los paparazzis? 'Taylor Swift comprando una prueba de embarazo' Dios.
Llegue a mi casa tan nerviosa que no podía abrir la puerta. Lo intente tres veces, hasta que abrió. Me dirigí al baño y me hice la prueba. Había que esperar 10 minutos...
10 minutos..
¿Y si era positivo, que sería de mi?.
9 minutos...
¿Qué diría el mundo?.
8 minutos...
¿Qué le diría a mis padres?.
7 minutos...
¿Qué le diría a mi hijo cuando fuera grande y preguntara por su padre?.
6 minutos...
¿Qué pasaría si yo era la peor madre de la historia?.
5 minutos...
¿Y si lo daba en adopción?.
4 minutos...
¿Y si me arrepentía de darlo en adopción?...
3 minutos...
¿Y si me odiaba por no tener un padre?...
2 minutos...
¿Y si no me quería por ser famosa?...
1 minuto...
¿Y si no me quería?...
Fueron diez minutos, diez minutos, en los que vi mi vida pasar.
Tenía miedo de girar y ver la palabra que cambiaría mi vida. Giré, y ahí estaba la palabra a la que tanto le temía: positivo.
"Voy a tener un hijo" susurre para mi misma y comencé a llorar.
n/a: Espero que les guste. Fue el peor prólogo que he escrito en mi vida, y el peor que han leido jajj. Si les guste voten y comenten y si no, también.
:-]
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Mamá es famosa ☻ [gatos incluidos]
Fiksi PenggemarTaylor es famosa, y ahora tiene un hijo y necesita una niñera. Bruno no tiene trabajo, y quiere ayudar.