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En otro lado Yibo peleaba con su modista esta le había dado a su traje ceremonial una extensión de tela extra en el frente por que ella realmente creyó los rumores pensó que el doncel estaba preñado por lo que debía dejarle libertad a la pancita de extenderse sin ningún tipo de presión, pero Ho gran sorpresa no había nada de eso, ambos Wang le habían confirmado de que en ese útero no había pecesito incluido.

Después de unas horas batallando con el diseño la tela y el mal humorada doncel por no tener a su Zhan Zhan hai haciéndole más placentera su visita, la señora Wang le dio permiso a yibo para retirarse, como un buen malcriado no espero más, salió como el correcaminos lejos del coyote para alcanzar a su novio en la florería si tenia suerte podría manosearlo a gusto cuando este se agachara a meter todos los artículos que ponía fuera del local como decoración para su tienda.

Su novio era tan suave, con esas ponpas respingadas y esas piernas largas, esos brazos tonificados y ese rostrooooo dioooossss dame un respiro estoy babeando pensaba el doncel limpiándose la baba, al llegar casi a la calle donde su Zhan tenía su local vio algo que le lleno de celos, siiii celos había una mujercita muy cerca de el, tomando fotoooosssss como diablos se atreviaaaa, esas fotos debían ser solo para el.

Solo el como futuro esposo tenía derecho a tomar ese rostro con una cámara para acariciarse a él mismo en esas noches calientes en que Zhan solo lo arrullaba sin tocarle ni siquiera un pelo, con la rabia celostina a flor de piel le exigió a su chófer que le metiera la pata al acelerador, tenía que llegar a poner a esa mujer sucia en su lugar su Zhaniiiee no era más que suyo.

El lo había descubierto y ahora era el futuro padre de sus hijos no nacidos, el chófer no le quedó de otra más que obedecer, en menos de lo que una gorda demora un filete el doncel ya estaba jalando de los pelos a la mujer atrevida, ya había roto el celular en mil pedazos finos sobre la banqueta y ahora Zhan y Zhuo trataban de sacarlo de encima de la joven que solo pedía auxilió, como es que ese doncel flacucho y escuálido podía tener tanta fuerza pues ni el Xiao ni el asistente podían bajarlo de encima de la dama que ya tenía un ojo apagado y la boca rota de tanta bofetada.

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El bello y el feoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora