Cuando estamos en la oscuridad

Alessandro

La vi venir hacia mi, su bata de satén rosa la hacia ver demasiado sexy.
Dijo que venia a buscarme, justo en el preciso momento en el que yo iba por ella.
No pude evitar sonreir cuando la escuche, tome su mano y la bese, la guíe hasta mi habitación sin dejar de observarla, al fin seria mia.
Cerré la puerta y gire mi vista hacia ella ,la vi mirar hacia el balcón, estaba  dándome la espalda, iba acercándome lentamente hasta donde estaba, me detuve al ver que estaba deshaciéndose de la bata, lento pude ver como la tela se deslizaba por su piel. Podía sentir mi corazon bombear a mil, pero no podía dejar de admirar sus curvas y como se veían en la oscuridad, su cuerpo era levemente iluminado por la luz de la luna, dando un aspecto tan sensual, guíe mis paso hacia ella, puse mis manos en su cintura acaricie su piel y bese su cuello y espalda, fui dejando ligeros besos hasta que hice que girara y me mirara.
Podía ver sus pupilas dilatadas, se veía tan hermosa, agarre su rostro con mis manos y entonces la bese. Primero fue un beso suave que luego fue tornándose con hambre, agarre su nuca y profundice mas el beso, nuestras lenguas bailaban al compás, ella me correspondió con la misma manera hambrienta.
Quiso bajar sus manos para tocarme, la detuve, fuimos hacia la pared mas cercana y la apoye a ella, levante sus piernas y las enrede en mi cintura, seguí besando cada parte de ella, podía ver su cara de placer, mientras emitía pequeños gemidos.
Camine con ella entrelazada a mi hasta llegar a la cama, donde delicadamente la recosté, ella solo me miraba, me coloque delante de la cama y me deshice de mi pantalón entonces ella me miro sonrió, mordió su labio, se deshizo de su ropa interior, abrió sus piernas para mi, dejándome una hermosa vista de su hermosa abertura, me sentí sin aliento, que simplemente, gateé hacia ella, bese sus tobillos hasta llegar a su muslo interno, antes de bajar a degustar mi cena, la bese en los labios de una manera ruda, pase mi lengua desde su cuello, pasando por sus hermosos pechos donde me quede jugueteando unos segundos, les di unos buenos masajes acompañados de mi boca y mi lengua, seguí mi camino hasta encontrarme con la x del mapa de su cuerpo.
-Regina, ¿estas lista para mi?- la observe , ella solo asintió, estaba ruborizada  y exitada.
Pase mi lengua por sus pliegues de manera lenta, haciendo que ella se arqueara, llevo su mano hacia mi cabello agarrándose para que profundizará  mis lamidas, introduci dos dedos en ella, los moví lentos mientras mi lengua acompañaba, ella no dejaba de gemir, eso era musica para mis oídos, comencé aumentar el ritmo de mis movimientos, hasta que vi como si pecho bajaba y subía con rapidez, estaba tan mojada, sabia que en cualquier momento llegaría al clímax, detuve mis movimientos y recibí un quejido de molestia de su parte. Me ubique entre sus piernas encima de ella, masturbe un poco mi polla y la acomode en su centro, ella no dejaba de mirarme exitada, poco a poco fui entrando en ella, estaba tan estrecha, ella clavo sus uñas en mi espalda aferrándose a mi, comencé a moverme lento para que ella se acostumbrará a mi longitud.
-Más Alessandro Más- dijo entre jadeos, ese fue lo que necesitaba para empezar a embestirla de manera lenta pero ruda, con una de sus manos juguetie con uno de sus pechos, deslice mi mano hasta su cuello ejerciendo un poco de presión, entre gemidos y jadeos ella sonrió, estaba volviéndome loco, me salí de ella y la gire, dándome una perfecta vista de su gran trasero, le di una nalgada que dejo marca en ella porque su piel era demasiado blanca.
Me introduci de nuevo en ella, esta vez no iba a ser suave, acelere mis movimientos acompañados de estocadas duras y nalgadas que deje en su piel desnuda y blanca.
Mi miembro empezó a latir y podía sentir las paredes de ella contraerse, acelere mas el ritmo y ambos llegamos a nuestro final tan satisfechos, salí de ella y me recosté a su lado, ella entro al baño a ducharse ya que ambos estábamos muy sudados.
Escuche el ruido del agua cayendo de la ducha y mis ojos comenzaron a cerrarse de a poco caí en un sueño placentero.

...
Maldición! Me dormí, quien sabe hace cuanto.
Me levante a la ducha ya que seguía sudado, cuando salí, recordé que había alguien mas conmigo en la habitación pero me encontraba solo, ella se había ido. Maldije por mis adentros generalmente son ellas las que duermen y yo soy el que se va a mitad de la noche.
Revise mi celular y tenia un mensaje de ella.
"Descansa guapo, nos vemos mañana, besos" ese mensaje me tranquilizo, pensé que había cometido un error o que el sexo conmigo no le gusto.
Nuevamente vibro mi telefono.
"Te deje un regalo en el bolsillo de tu saco" Me dirigi hacia el perchero donde estaba colgado, revise uno de los bolsillos y encontré su diminuta ropa interior en el, lo olfatie, todavía tenia olor a jazmines, decidí guardarlos nuevamente donde estaban.
Salí hacia el balcón a fumarme un cigarrillo y pude verla realizando la misma acción, decidí esconderme y admirarla, ya que no llevaba mi disfraz, se veía hermosa, sonrojada y sonriente, eso quiere decir que disfruto el día.
Termine mi cigarrillo y me dirigí a mi cama a descansar, olia a jazmines también, eso me ayudo a dormir.