Respire profundo, camine hasta mi escritorio y encendí un cigarrillo mientras volvía a sentarme en mi sillón.
-¿Qué quieres?- solté antes de darle una calada a mi cigarrillo.
Ella volvió a dirigirse a mi lado, se arrodillo frente a mi como suplicante.
En otra ocasión esta escena podría exitarme, ahora la veía denigrante.
-Levantate- le dije seco.
-Mirame- podía ver sus ojos cafés que parecían que iban a romper en llanto.
-Levantate- volví a demandar.
Ella tomo mis manos aun en el suelo.
Mi paciencia se estaba acabando.
-Escúchame, sé que estos meses hemos estado alejados pero realmente quiero estar contigo- poso su mano en mi mejilla.
No podía evitar sentirme incomodo y me daba hasta vergüenza estar en esta situación.
Mi telefono arriba del escritorio comenzó a sonar, lo mire y vi el nombre en la pantalla.
"A"
No se cuanto tiempo me quede observando la pantalla, cuando quise tomar el telefono, Paola lo hizo contestando la llamada.
Me acerque a ella para recuperar el telefono.
-Hola, no se quien eres pero no deberías llamar a mi novio- dijo furiosa y alejándose de mi.
Me iba a abalanzar sobre ella, pero se metió dentro del baño encerrandose.
Lo único que pude escuchar fue como la insultaba.
-"No eres mas que una arrastrada, no vuelvas a llamar"-
Rompí mi propia puerta e ingrese al baño a recuperar mi telefono.
La empuje lejos de mi y me propuse a llamar a Arianna, quien me había bloqueado.
El ruido de unos tacones salieron del baño.
-Estas zorras hoy en dia no te dejan tranquilo amore- quiso tocarme y la esquive.
Masajeé mis cienes porque no sabia que tipo de reacción podría tener.
-No me llames asi- dije volviendo al escritorio a ver mi computadora sus coordenadas.
*Sin señal*
*Sin señal*
*Sin señal*Escribí en mi telefono a Bianca que la rastrearan e intentaras hablar con ella.
-Amore estas tenso- quiso darme un masaje.
Estaba tan concentrado digitando en mi computadora los codigos de acceso, no dejaba de pensar en como haría para explicarle a Arianna.
Volví a apartar a Paola.
Quien suspiro y se sentó en el gran sillón de la oficina.-Deberías irte- dije sin apartar la vista de mi trabajo.
Aunque quisiera sacarla a rastras, maltratar a una mujer no es mi estilo.
-Quiero pasar tiempo con mi novio- dijo sonriente.
La puerta de madera se abrió de golpe, dejando en evidencia a la hermosa dama de traía un par de zapatos negros de suela roja y un vestido negro a juego.
Parecía una viuda negra, hermosa y letal.
Sus ojos estaban prendidos fuego y su respiración descontrolada.-¿Novia?- dijo con sus puños cerrados.
Paola se acerco a quedar frente a frente con ella, Arianna había omitido su presencia.
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Cuando estamos en la oscuridad
RomansaEn un mundo donde las desigualdades sociales se encuentran demasiado marcadas, en donde sabes que para ser alguien en la vida debes luchar incansablemente por tus sueños, cuando creías haber perdido todas las esperanzas... Es ahí cuando la vida te d...