Familia Kanvesh

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Tanjiro se había acercado a Sumiko para darle un apoyo en un suave abrazo, pronto Sumiko se calmo y se retiró de la habitación entre susurro nerviosos. Tanjiro creía eran disculpas pero no podía asegurarlo.

La señora Kanvesh llego luego de un rato con un platillo de ramen y un té verde. Le trajo de postre dos palillos de Mochis de diferentes sabores. Comió con lentitud, mañana saldría a primera hora y esperaba el cuervo le diera una misión. Luego de acabar la comida de la señora se paro para entregarle de vuelta los platos y salir al jardín un rato, la noche era calurosa y fresca, en pequeño tintineo de los animales nocturnos y el sonido de sus pasos pasando por el corredor. Las paredes de corredor eran blancas por completo, pudo notar habían varios marcos de fotos, dentro habían diferentes fotos de la familia pero había algo que lo dejaba curioso.

En la foto salían siete personas, dos adultos jóvenes entre ellos la señora Kanvesh más joven, y quien creía sería su esposo. En la foto habían cuatro niños, podía notar que se veía Paulie y Sumiko más jóvenes mientras que los otros dos niños tenían rasgos completamente diferentes. No parecían ser hijos de la señora Kanvesh. A lo lejos había un árbol grande y en su tallo se veía una sombra borrosa de un ¿adolescente? Podía asegurar que eran uno puesto que no parecía un adulto, aún así no podía verlo muy bien ya que estaba en la sombra del árbol a lo lejos. Tan inmerso estaba en la foto que tarde se dio cuanta de una presencia. Decidió no demostrar su sorpresa y tan solo se disculpo.

-Lo siento, no quería ver tanto la foto.

Tanjiro todavía no volteaba, seguía mirando la foto a pesar que no estaba concentrado en ella, estaba asustado de la extraña presencia. Con lentitud y un mal presentimiento volteo para ver que estaba en la soledad de corredor.

Su corazón comenzó a aceleraste, estaba seguro de haber olido a alguien o a algo. Asustado y curioso decidió irse de corredor para ir al jardín sin querer mostrar en su rostro en miedo que tenía cambiadolo por una falsa calma. Cuando la frisa fresca de la noche paso y saludo a su rostro pudo sentirse mejor.

Tenía un presentimiento extraño por aquella casa, no la sentía bien, no se sentía cómodo. Esperaba irse pronto de aquí. Tanjiro seguía alerta por aquel suceso extraño de hace rato, al estar en ese estado pudo oler con dificultad el olor de una nueva persona acercándose por el muro que lo dividía del exterior. ¿Alguien se había metido? No podía ser un demonio por las glicinias.

El olor se volvió más fuerte, era el característico olor del sudor, bosque y ¿jabali?

Tanjiro comenzó a acercarse con sigilo siendo guiado por su olfato. Pronto tuvo a la vista el cuerpo ensangrentado de un hombre con cabeza de jabali.

Rápidamente se acerco al hombre siendo recibido por un puñetazo defensivo. Podía notar estaba cerca de la inconsciensia, el hombre atacaba para alejarlo como un animal herido que asustado gruñia.

-Ey... Tranquilo no quiero hacerte daño -Le regalo una dulce y calmada sonrisa al extraño, igual a las que les daba a sus hermanos menores.

Con pasos lentos y cuidadosos se acerco al hombre, pronto tuvo que estirar sus brazos para agarrar al extraño que había caído en la inconsciensia. El hombre estaba por completo recargado en el, Tanjiro tenía sus manos debajo de las axilas del chico. Pronto lo acerco más a él para con cuidado acercarse a la casa de los Kanvesh. Tanjiro tenía cuidado de no tropezar con los pies del chico que estaba siendo arrastrados por el suele al tanjiro no poder levantarlo demasiado al tener ambos similares alturas. Noto que él tenía una katana nichirin. Eso era perfecto ya que ellos se encargaban de ayudar a los cazadores, podrían darle casa al hombre-jabali.

Luego de pedirle materiales a la señora Kanvesh, Tanjiro se dispuso a curarlo sin dejar que la mujer lo haga al ella hacer mucho por ellos. Así Tanjiro con trapo mojado y cubeta quitaba la sangre. Cuando el cuerpo estaba limpio se sangre comenzó a desenrollar una venda, el hombre estaba lleno de zarpasos y cortes. Además llenos de moretones enormes. Pronto termino de vendarlo, le hecho una crema para ayudar la cicatrización. El hombre tenía el hombro dislocado, podría asegurar que fue de una caída. Con fuerza recoloco el hombro haciendo crujir el hueso para con vendas asegurar que el hueso sane correctamente.

Acomodo al hombre en un futon, se seguro de taparlo y guardo todos los materiales en la cajita que la señora le había entregado. Si ella no hubiera tenido las vendas y cremas el hubiera usado las que él traía en su morral pero por suerte no tuvo que usarlos.

Pronto apago las velas y se arropo en las mantas suaves. Durmió con un ojo alerta por si ella hombre se despertaba agresivo.

...

En plena madrugada escucho ruidos bajos, gritos y sollozos a lo lejos. Se levantó alerta, todo el sueño que poseía se había ido.

Se levantó de las suaves sábanas y a pasos silenciosos de acerco a la puerta corrediza, salió y el frío del piso entro en contacto con sus pies desnudos.

Camino con lentitud hacia la dirección de los sollozos con mucho cuidado y precaución de no hacer ruido. Llego a la sala donde tan solo la había visto una vez al entrar para ir a su habitación, guiado por el olor noto que el anterior olor que inundaba la sala había desaparecido. Cunado entro en la casa había un muy fuerte olor a manzana, demasiado fuerte para una persona normal y un dolor de cabeza para Tanjiro. Pero ahora que el olor había desaparecido podía oler la sangre a lo lejos. Camino hacia pasando la cocina llegando a un corredor, no había estado anteriormente allí por lo que todo era desconocido. No había rastros de la señora Kanvesh y esperaba no molestar por la excursión no avisada.

Cambiando por el pasillo con todas la luces apagadas pudo ver en el final del pasillo una puerta, la lado de ella unas escaleras. Los sollozos habían sedado de forma abrupta, alertandolo. El olor estaba exactamente donde estaba pero no había nada, esperaba que de alguna de las habitaciones al frente suyo estuviera el olor y solo se estuviera confundiendo. No es como si pudiera haber un piso abajo suyo.

Decidió ir a esa habitación y no subir las escaleras, a paso silencioso se acerco para pegar su oído a la puerta, pudo escuchar murmullos hasta que se concentró y puso entender la conversación.

-¡...yo ya hice parte del trato! ¡Lo sabes bien! ¡Si el fallo no es mi culpa y lo sabes muy bien! Ahora tienes a dos mocosos, te los daré mañana. Deja a mis hijos tranquilos.

Pudo oír la voz de la señora Kanvesh gritar molesta. Su tono de voz había cambiado por completo, como si el que antes escuchaba fuera falso.

Pronto escucho pasos acercarse a la puerta, para evitar que ella lo viera subió las escaleras.

...

¡Si hay algún fallo o cosa que no tenga sentido porfavor hacérmelo saber!

1210 Palabras

NEBLINA//KNY//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora