Primer día de estudio y observación de las estrellas (sistema solar, hace más de tres mil millones de años atrás...):
En un espacio lleno de una hermosa masa cósmica, de la nada resurgió tras un haz de luz un hermoso ángel de grandes alas blancas y cabellos rubios, piel pálida y ojos dorados. Fue ver lo que se cernía a su alrededor, un gran cúmulo de estrellas y planetas, y su cara brilló de la emoción. Jamás había visto nada igual.
Tuvo que frenar su gran tentación por el interés antes de comenzar. Esperaba a alguien. Los suyos le dijeron que no comenzara su estudio hasta que ese otro alguien llegara al lugar.
Al poco rato, en medio de ese espacio estrellado, justo a las espaldas del recién llegado, se abrió un vórtice púrpura. Y de él salió una criatura emplumada de gran estatura, ojos rojos, cara blanca y de plumas azules. Vestía un traje real con una larga capa y sobre su cabeza llevaba una especie de corona que medio cubría otro par de ojos pequeños que tenía en la frente. Era similar a una lechuza.
Esta criatura, cuyo nombre era Stolas, salió de la apertura de su portal diciendo con algo de timidez:
- Buenas tardes, joven promesa...
El ángel, o mejor dicho, Atlas, se dio la vuelta tras oír semejante voz. Y tras ver a aquel tipo con apariencia de pájaro, quien bajo el brazo llevaba consigo el famoso grimorio, supo enseguida que se trataba de la persona que estaba esperando.
Nada más verlo, los ojos del ángel se iluminaron como dos luceros. Nunca había visto un ser tan hermoso en su vida. Hasta ahora no había visto a alguien con esas características tan bellas. No tenía ni idea de que los demonios fueran tan preciosos. Se los imaginaba más monstruosos y grotescos, tal y como los describía Sera y los demás de su círculo. Y ya pudo darse cuenta que sólo se trataban de puras exageraciones.
Pero a los tres segundos, el muchacho celestial sacudió la cabeza, cambiando el gesto. Y muy cortésmente, sin temor alguno, lo saludó diciendo:
- Me alegra poder conocerle, alteza... - hace una humilde reverencia - Será un placer trabajar con usted...
- Ay, por favor... - le respondió este, agitando la mano en plan presumido - No es necesario tanta formalidad, amigo... Eso déjaselo a mis súbditos...
Ambos se rieron amistosamente. Pero al momento se pusieron serios y comenzaron a poner en marcha el estudio y observación del universo. Discutían sobre cómo podrían organizar el cosmos para futuros análisis. Y se imaginaron en las posibilidades que podría haber sobre las miles de vidas que había por ese espacio infinito.
Una vez hubieron organizado lo primordial, aprovechando que iban a verse muy a menudo, debido a que no sabían sus nombres, se presentaron de una forma muy cercana.
- Por cierto... - dijo el ángel - Mi nombre es Atlas... - mira a este con interés - ¿Y el tuyo?
- Me llamo Stolas... - le respondió, girándose hacia él con cara simpática.
Ambos se sonrieron en plan lindo, sin esperarse que llegara a ser tan entretenido y divertido interactuar con uno del bando enemigo. Esperaban que iba a ser algo muy incómodo con lo que tratar. Pero resultó ser de lo mejor que les había pasado.
Un ángel y un demonio llevándose bien. Quién lo diría...
Pero antes de que pudieran seguir charlando, por encima de sus cabezas se formó una violenta y cegadora lluvia de estrellas que hizo levantar una ligera brisa alrededor. Viendo eso, Atlas tuvo el humilde gesto de levantar su ala blanca para que a su compañero no le molestara la luz. Y por supuesto, Stolas, agradecido por el gesto de su nuevo amigo, se cobijó debajo de ella, medio agachado debido a lo alto que era.
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Yo ángel, tú demonio (Stolas x reader)
FanfictionAtlas es un ángel soñador y decidido cuya habilidad es observar las estrellas del firmamento. Por órdenes del cielo, se ve obligado a colaborar con otro estudioso de los astros proveniente del infierno. Y así ambos mundos están informados de la situ...